Santo Domingo: otra vez la lucha por el derecho a la ciudad

Santo Domingo: otra vez la lucha por el derecho a la ciudad

Los 90 fueron años de varios conflictos sociales por la apropiación del espacio urbano y en esa oportunidad, juntos, sectores organizados de la sociedad civil, Iglesia de los pobres e universitarios, pudimos parar la recurrente idea de “reconquistar la ciudad”, por intereses inmobiliarios en particular, a partir del diseño de la deseada circunvalación interna a la ciudad, esa punta de lanza, que bordeando los ríos Ozama e Isabela, revalorizaría los terrenos centrales de la capital, provocaría el alza del precio de la tierra, de los alquileres e induciría al desalojo brutal y masivo de los barrios pobres de la capital.

La mayoría de los políticos fue espectadora, en particular el PLD como partido, que para esos años, no se involucró en el “derecho a la ciudad” porque no tenía base social popular y enarbolaba una sola preocupación: denunciar “el mito roto”.

El Plan indicativo de la zona Norte y la Circunvalación fueron reemplazados por RESURE, que salió del Conau con el mismo propósito, pero esta vez usando la defensa del medio ambiente y el rescate del río Ozama y los humedales como pretexto, pero para el mismo fin: des-arrabalizar la ciudad de sus barrios pobres.

Balaguer y sus seguidores usaban constantemente esa estrategia conservacionista obviando el problema social; así ocurrió con Selva Negra.
El rescate socio ambiental era muy ambicioso, desmesurado e imposible de implementar por los costos financieros y sociales y por la imposibilidad de articular y sincronizar las políticas entre ministerios. Pero el sueño persistió.

Hoy, vemos por un lado la OPRET, que retoma la idea de la Circunvalación interna y se vuelve a enfatizar sobre la contaminación de los ríos Ozama e Isabela. ¿El blanco? “los barrios pobres” otra vez, pero esta vez los interesados son el grupo Sans Soucí y sus expectativas en torno al río Ozama.
El grupo empresarial que no pudo construir la isla Artificial sueña con el río Sena, con paseos náuticos y una operación más parecida a una “limpieza social” que a un rescate ambiental.
Otra vez, asistimos a un conflicto en torno al espacio urbano y al Presidente Danilo Medina de demostrar cuáles son sus opciones políticas. La Barquita y el mejoramiento barrial son la solución mientras se realicen los cambios estructurales que harán desaparecer naturalmente esos barrios que son la expresión de nuestras distorsiones profundas.

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