Bogotá, (AP).- Con un ritual indígena y después ante el Congreso, Juan Manuel Santos asume la presidencia de Colombia, país que ha visto reducir los homicidios y secuestros, pero donde persiste el único conflicto interno armado del hemisferio.  

Los desafíos del nuevo mandatario a partir de este sábado incluyen desde reducir una abultada tasa de desempleo de por lo menos 12%, disminuir la pobreza que golpea a casi a la mitad de los 45,5 millones de habitantes del país, enmendar las maltrechas relaciones con países vecinos, como Venezuela y Ecuador, hasta encarar la violencia que incluye constantes denuncias de abusos de derechos humanos por parte de militares y grupos ilegales.  

Cerca del mediodía arribaron casi de forma simultánea a Bogotá el presidente Rafael Correa, de Ecuador, y el canciller Nicolás Maduro de Venezuela, países con los cuales mantiene fuertes diferendos.  

Tras meses de gestiones, Colombia y Ecuador designaron a fines del año pasado encargados de negocios, tras la ruptura de relaciones por parte de Quito el 2008 por un ataque de fuerzas colombianas a suelo ecuatoriano para eliminar un campamento de la guerrilla, que los ecuatorianos consideraron una violación a su soberanía.  

“Aquí estamos para ratificar esa hermandad inquebrantable de nuestros pueblos”, dijo Correa en breve declaraciones a los reporteros en la terminal. “Dios bendiga a Colombia”, dijo.   Pocos minutos después, llegó Maduro, quien declaró: “Queremos extender nuestra mano cariñosa, de amistad y de hermanos a todo el pueblo de Colombia…queremos felicitar al gobierno del presidente Santos por su posesión y decirle que venimos con la mejor disposición de avances de trabajo, viendo hacia el futuro”, añadió.  

El país registra tasas de homicidio y secuestro menores a las de hace una década, mientras Santos aún no define claramente si buscará una negociación de paz con las guerrillas, que actúan aquí desde los 60, o cómo conseguirá reducir los cultivos de coca, materia prima de la cocaína, un negocio que alimenta a las distintas organizaciones armadas ilegales.  

Asesores del entrante mandatario han dicho que Santos, un economista de 58 años, cree en los rituales indígenas, a pesar de ser un devoto católico, pero además desea enviar un mensaje de unidad al país por lo que comenzó la jornada del sábado con un ritual con “mamos” o jefes espirituales de etnias que habitan en la zona de la Sierra Nevada de Santa Marta, al norte del país.  

Tal acto fue privado y Santos estuvo acompañado de su esposa María Clemencia Rodríguez y sus tres hijos, Martín de 21 años, María Antonia, de 19, y Esteban de 16, según imágenes de la ceremonia transmitidas en diferido por el estatal Canal Institucional.  

Después de esa ceremonia, Santos, que gobernará en el cuatrienio 2010-2014, tiene previsto retornar a la capital para juramentarse ante la directiva del Congreso en un acto público y al aire libre en la céntrica Plaza de Bolívar, frente a la sede del Poder Legislativo, donde se calcula estarán unos 5.000 invitados.  

En la plaza y de frente al Congreso desde hace seis días, un centenar de obreros trabaja en la colocación de unas 5.000 sillas, 28 de ellas forradas en terciopelo color morado claro y reservadas para los jefes de Estado invitados de América latina y altos dignatarios, explicó a la AP Mauricio Quintero, coordinar general de los actos.  

Sobre el piso de la plaza se han extendido segmentos de alfombra roja, en total unos 800 metros de largo de tapete, que forman distintos caminos, como uno que va desde la catedral, ubicada a un costado del Congreso, hasta la sede del Poder Legislativo, indicó Quintero.  

Tras recibir de manos del senador Armando Benedetti, jefe del Congreso, la banda presidencial con los colores nacionales de amarillo, azul y rojo Santos prevé ofrecer un discurso y más tarde ingresar caminando al cercano Palacio de Nariño o sede de gobierno para recibir allí el saludo de sus colegas de la región, un total de 15 presidentes latinoamericanos, sin incluir delegaciones como la de España, encabezada por Felipe de Borbón.  

Por los actos de transmisión de mando, en los que Santos recibirá el cargo de Uribe (2002-2006/2006-2010), la seguridad en la capital ha sido reforzada desde el domingo 1 de agosto con al menos 4.000 policías llegados desde distintas localidades del país y que se sumaron a los 18.500 que generalmente custodian Bogotá, según la Policía Nacional.  

Santos, quien ganó la elección en una segunda vuelta el pasado 20 de junio con unos nueve millones de votos o el mayor porcentaje de un jefe de Estado en tiempos recientes, cuenta con una larga carrera pública y en la que ha ocupado desde el ministerio de Comercio Exterior, a inicios de los 90, hasta la de Hacienda por dos años a partir del 2000 y la de Defensa del 2006 al 2009.  

El nuevo mandatario es considerado “un patricio” o representante de una de las familias más influyentes del país: su tío abuelo, Eduardo Santos, fue presidente de Colombia entre 1938 y 1942 y durante unos 60 años fue el propietario del diario El Tiempo, el más importante y de mayor circulación del país, mientras uno de sus primos, Francisco Santos, es el saliente vicepresidente de Colombia.