Santos en medio del mundo

Santos en medio del mundo

 San José María estaba profundamente convencido de que para alcanzar la santidad en el trabajo cotidiano es preciso esforzarse, y así ser alma de oración

POR LEONOR ASILIS
Quienes creen que no se puede ser santo en medio del mundo se equivocan. Así pensaba un Santo de nuestra época cuya fiesta ha de celebrarse el próximo 26 de junio en una solemne eucaristía en la Catedral Primada de América.

Nos referimos a San José María Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei.

En su mundialmente conocido manual espiritual “Camino”, señala que la santidad requiere de nosotros la compenetración de oración, trabajo y apostolado que se puede llamar unidad de vida de donde procede nuestra buena conducta que constituiría nuestro mejor testimonio. Estaba profundamente convencido de que para alcanzar la santidad en el trabajo cotidiano es preciso esforzarse para ser alma de oración, alma de profunda vida interior. Cuando se vive de este modo, todo es oración, todo puede y debe llevarnos a Dios, alimentando ese trato continuo con Él, de la mañana a la noche. Todo trabajo puede ser oración, y todo trabajo, que es oración, es apostolado.

La raíz de la prodigiosa fecundidad de su ministerio se encontraba en una vida interior alimentada por la oración y los sacramentos, manifestada en el amor apasionado a la Eucaristía, centro y raíz de su propia vida, así como en su gran devoción a la Virgen María, a San José y a los Ángeles Custodios; y su  fidelidad a la Iglesia y al Papa, vicario de Cristo en la tierra.

En este momento, el Opus Dei se encuentra presente en los cinco continentes, donde son conocidas sus obras de espiritualidad de tales como Camino, Santo Rosario, Conversaciones con Monseñor Escrivá de Balaguer. Es Cristo que pasa, amigos de Dios, la Iglesia, nuestra Madre, Vía Crucis, Surco, y Forja.

Después de su fallecimiento, un gran número de fieles pidió al Papa que se abriese su causa de canonización hasta que el 21 de septiembre de 2001, la Congregación Ordinaria de Cardenales y Obispos miembros de la Congregación para las Causas de los Santos, confirmó unánimemente el carácter milagroso de una curación y su atribución al Beato Josemaría y se estableció que la ceremonia de Canonización del Beato Josemaría Escrivá se celebrase el 6 de octubre de 2002 como en efecto se hizo.

Si hay algo en que debemos recordar para vivir de este gran Santo es su proclamación de que la santidad no es un ideal para privilegiados, sino para todos aquellos que se esfuerzan en vivir el Evangelio hasta sus últimas consecuencias, cualquiera que sea su situación en la vida, y siempre atentos al Magisterio de la Iglesia.

El modo de concretar, en la práctica, este mensaje se basa en los siguientes puntos: ante todo, los seglares no deben abandonar ni despreciar el mundo, sino quedarse dentro, amando y compartiendo la vida de sus conciudadanos; quedándose en el mundo, los seglares deben saber descubrir el valor sobrenatural de todas las normales circunstancias de su vida, incluidas las más prosaicas y materiales; en consecuencia, el trabajo cotidiano -es decir, el que ocupa la mayor parte del tiempo y caracteriza la personalidad de la mayoría de las personas- es lo primero que hay que santificar y el primer instrumento de apostolado.

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