Santuario marino pide ser  excluido  actividad petrolera

Santuario marino pide ser  excluido  actividad petrolera

MANILA, (EFE).- Las autoridades del Santuario Marino de Tubbataha en la región suroeste de Filipinas exigió al Ministerio de Energía que sus aguas sean excluidas de futuros proyectos de exploración petrolífera en la zona, informó hoy la prensa local.

Sus arrecifes, designados Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) por su enorme cantidad de biodiversidad, serían dañados por los sistemas de detección de pozos submarinos, según el diario “The Philippine Daily Inquirer».

Las compañías petroleras habitualmente emplean un mecanismo de exploración sísmica con disparos de aire comprimido desde la superficie que afectaría tanto al coral como a las diversas especies de cetáceos que pueblan el área, aseguró la directora del Parque Nacional de Tubbataha, Angelique Songco.

Songco recordó además que la prohibición también afectará a los arrecifes de Jessie Beazley, después de que el Gobierno filipino aprobara el año pasado ampliar la zona protegida a casi 100.000 hectáreas.

De esta forma, solicitó crear un espacio de seguridad de al menos diez millas náuticas en torno a ambos lugares, considerados como los sitios de buceo más espectaculares del planeta por los aficionados a este deporte en pleno Mar de Sulú, unos 680 kilómetros al sureste de la capital entre las regiones de Palawan y las Visayas.

En noviembre de 2005, un barco de la organización ecologista Greenpeace se estrelló contra un banco de coral de Tubbataha y destrozó parte de éste, en un accidente que el grupo atribuyó a la falta de precisión de las cartas de navegación pero por el cual finalmente tuvo que pagar una indemnización al Santuario Marino.

Con más de 7.000 islas, Filipinas es el segundo archipiélago de mayor biodiversidad del planeta, sólo superado por Indonesia, pero al igual que su vecino del sur, sus corales sufren las consecuencias de la pesca abusiva, la explotación turística de las zonas costeras, la corrupción de las autoridades y la falta de un plan integral para proteger el ecosistema marino.

Menos del 5 por ciento de sus cerca de 25.000 kilómetros cuadrados de arrecifes se encuentran en estado óptimo, según datos del Banco Asiático de Desarrollo.

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