Al pronunciar el discurso central del XXXVI período ordinario de sesiones de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), el mayor general José Aníbal Sanz Jiminián consideró que el narcotráfico, terrorismo, delincuencia y la pobreza constituyen las principales amenazas para el sistema democrático en la región.

El presidente del Consejo Nacional de Drogas expuso que mientras los narcotraficantes cambian de tecnología periódicamente, señalando específicamente las drogas sintéticas, los países del área se encuentran agobiados, con bajo crecimiento económico y necesidades sociales represadas.

En su discurso ante la CICAD, reunida ayer en Washington, Sanz Jiminián indicó que en la medida en que las autoridades de todas las áreas se involucren en un programa de solución a gran escala de esos males, que incluya también a la población, los países lograrán avanzar de manera integral hacia una sociedad mejor.

«Esto no quiere decir que el problema será eliminado totalmente, pero sí hace posible que los recursos se usen de manera más equilibrada, que no se crea en soluciones simples, porque las políticas que se adopten deben tener verdadero arraigo popular, y de ahí la necesidad de involucrarlos a todos», expresó el jefe de la DNCD.

La República Dominicana tiene la presidencia de la  CICAD hasta el 2005.

Sanz Jiminián consideró un desafío para el país asumir la presidencia de ese organismo, ya que obligará a profundizar las iniciativas para enfrentar con éxito a los narcotraficantes, a pesar de las grandes inversiones que hacen los distribuidores de estupefacientes.

Sostuvo que la acción del CICAD debe llegar a estudiantes, legisladores, periodistas, deportistas y maestros, así como a los jóvenes de los sectores marginados, en el entendido de que la mejor inversión es la que se hace en la educación para la prevención de ese mal.

Dijo que cuando ocupó la jefatura de la Policía en República Dominicana se percató de lo profundo y complejo del problema, y que sin importar los esfuerzos que se hagan, siempre habrá que redoblarlos.

Manifestó su convencimiento de que la educación es el papel fundamental en la tarea de prevención del consumo de estupefacientes.

Indicó que eso evitaría volcar grandes cantidades de recursos económicos y humanos para rescatar a los millones de jóvenes que cada año entran al mundo de las drogas.

«Resaltamos la necesidad de encontrar instrumentos de colaboración más estrechos entre las autoridades encargadas del problema», dijo.

Expresó que los cambios que se están dando en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA) obligan a estrechar la colaboración de la CICAD.