Saona, escenario de luz y color

Saona, escenario de luz y color

Desde la localidad costera de Bayahíbe es casi obligado alquilar una lancha para visitar la cercana isla, la más grande de las colindantes a La Española, y de paso, contemplar el famoso Parque Nacional del Este, hábitat de una flora y fauna en vías de extinción.

Saona, localizada en el extremo sureste del país, es prácticamente plana, con excepción del acantilado de Punta Balajú de 40 metros, pero generosamente privilegiada por un ambiente idílico, donde las enredaderas se adentran en un mar de fondos cristalinos, mientras sus grutas y cavernas sirven de santuario a varias especies de aves migratorias.

En sus kilométricas y solitarias playas de fina y blanca arena, rodeadas de cocoteros, el buceo y otras actividades bajo el agua son muy populares.

Sus únicos poblados son Mano Juan, armonioso paraje de pescadores, y Catuano, con un destacamento de la Marina de Guerra.

Saona tiene 110 kilómetros cuadrados y fue descubierta el 15 de septiembre de 1494 por Cristóbal Colón quien le puso el nombre de Savonesa, en honor al marinero que avistó la isla, Savónes Michele de Cuneo.

Los aborígenes la llamaban Adamanay y se dice que esta isla fue el refugio del Cacique Cotubanamá durante las devastaciones de Nicolás de Ovando en el siglo XVI.

[b]La isla Saona[/b]

Se encuentra en el Parque Nacional del Este, donde se han encontrado más de 100 especies de aves como cotorras, cuervos, zumbadores, pájaros bobo, guaraguaos, carpinteros, cigüitas, pelícanos y tijeretas, entre otros. Ocho especies son endémicas de la isla.

Otros animales que se pueden observar en la isla son la tortuga carey, el manatí, solenodonte, delfín, jutía y murciélagos.

La vegetación es muy tupida con grandes bosques de cocoteros, caoba, cedro y copey. Es un parque natural de aguas tan cristalinas que en el fondo se pueden observar innumerables especies como las estrellas de mar.

[b]Excursiones[b/]

La mayoría de los hoteles de La Romana ofrecen excursiones a la isla, a la que sólo se puede acceder en lancha desde La Romana, a una hora, y desde Bayahíbe, a unos 40 minutos.

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