Sargento de la Armada muere en un presunto atraco; es cuarta víctima

Sargento de la Armada muere en un presunto atraco; es cuarta víctima

El sargento de la Armada de la República Dominicana Frank Encarnación Cabrera fue asesinado a tiros la madrugada del sábado mientras viajaba en su motocicleta con una mujer.

De manera preliminar, la Policía Nacional indicó que la acompañante de Encarnación, Katherina Bautista, se percató de que estaban siendo perseguidos mientras transitaban por la avenida Charles de Gaulle, en Santo Domingo Este.

Bautista advirtió a Encarnación que acelerara pero al llegar a la avenida Las Américas, cerca de la Junta Central Electoral, fueron interceptados por los agresores, quienes realizaron un disparo que resultó mortal para el sargento a pesar de que se defendió al dispararles a los desaprensivos con su arma de reglamento.

Los agresores huyeron y Katherina Bautista logró tomar el arma de fuego y escapar.

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Padre dice que su hijo era muy querido en el barrio

Mientras realizaba el proceso de recibir el cadáver de su hijo, Alfares Encarnación -padre de Frank- sostuvo que era un muchacho querido por todos en su barrio y en su trabajo y que hasta el día de su muerte nunca tuvo enemigos ni problemas con nadie.

Dijo que Frank era su hijo biológico, ya que es padre de cuatro y tres de crianza. Tras su muerte, deja a dos hijos de 16 y seis años en la orfandad.

Señaló que a todos los militares se les debe garantizar su seguridad al término de sus funciones, ya que se desplazan solos en las calles y los delincuentes los mantienen en acecho para sustraerles sus instrumentales de trabajo para pasarse por policías o militares.

“Se les debe garantizar la seguridad a los militares o garantizarles otras condiciones de vida porque imagínate tú, un militar viviendo en un barrio o andando en un motor está expuesto a que le pase de todo, ojalá se puedan tomar medidas para reforzar la vida de todos los militares del país”, dijo Encarnación.

Encarnación clamó justicia para que el caso no quede impune y puedan someter a los culpables del hecho.

Es el cuarto caso

Encarnación Cabrera es el cuarto militar de distintas instituciones castrenses que han muerto desde el 2020 hasta la fecha al ser asaltados por desaprensivos para robarles sus armas de reglamentos en Santo Domingo Este. Los últimos tres casos tuvieron lugar este año pero además se registró otro caso de dos oficiales heridos en ese mismo municipio.

La noche del martes 9 de junio del 2020 en el sector El Valiente de Boca Chica, el teniente de la Policía Nacional Ángel Carrasco fue interceptado por dos hombres, quienes le dispararon para robarle su arma de reglamento próximo a la zona franca de Boca Chica, donde reside su madre.

El primer teniente del Ejército Nacional y asignado como chofer de la Presidencia de la República, Luis Pérez Ruiz, de 42 años, fue muerto con un disparo en la cabeza en el barrio Cancela, sector La Ureña, mientras salia de su casa. El hecho ocurrió el 15 de marzo de este año y también le robaron su arma.

Dos meses después, otro colaborador de la presidencia también fue muerto a balazos durante un atraco la noche del sábado 27 de mayo en el sector de San Isidro.

Se trata del primer teniente de la Fuerza Aérea Dominicana, Robert Espinosa Martínez. Su arma de reglamento no se encontraba en la escena de crimen, por lo que se maneja la hipótesis de que se trató de un asalto. Era estudiante de psicología y padre de cuatro hijos.

Otro oficial que resultó herido fue el general retirado Domingo Confesor Encarnación, quien resultó herido junto a su hija de 10 años durante un atraco en el que despojado de su arma de reglamento al igual que su hermano, el coronel Clemente Encarnación, por dos individuos hasta ahora desconocidos.

El asalto, que tuvo lugar el 6 de noviembre del año pasado, fue perpetrado por dos hombres que transitaban en una motocicleta, en la calle principal de Villa Liberación, en Santo Domingo Este cuando los dos oficiales se encontraban en la Cafetería Osiris y dos hombres irrumpieron con armas en mano y los obligaron a entregar las pistolas.