Para los lectores que le gustan las encuestas como método idóneo para evaluar las preferencias del mercado y hacer predicciones, aquí les va esta pela.

En una reciente encuesta realizada por la Z sobre la preferencia política ente el ex presidente doctor Leonel Fernández y el periodista y comunicador social Raúl Pérez Peña, mejor conocido como el Bacho, la misma favoreció a este último en forma abrumadora: 23 votos a su favor contra 14 de su contrincante.

Claro que el inesperado resultado de esta interesante encuesta radial no ha sido publicado ni difundido como lo fue aquella otra realizada hace pocos meses por un par de locutores de Montecristi que terminaron siendo sometidos a la acción de la Justicia y donde el mismísimo Satanás resultó ganador de la jornada de preferencia electoral venciendo nada más y nada menos que al Honorable Presidente de la República, ingeniero agrónomo Hipólito Mejía Domínguez.

Se podría argumentar, a favor de la publicidad de esta encuesta que, no obstante su sentido de humor negro, constituía una injuria a la investidura del Presidente de la República, aunque queden las dudas de si los locutores montecristeños hubieran seguido la misma suerte de resultar el conteo de votos favorable al Presidente Dominicano. Lo más seguro es que fueran galardonados por su genialidad que demostraba de una vez por todas la enorme simpatía que el gobernante tiene en el corazón de los dominicanos que ni el mismísimo diablo puede superar.

Pero va un poco más en serio la encuesta entre Leonel y el Bacho. Ambos son seres de carne y hueso, nada mitológicos, y ambos corren por la candidatura presidencial para el 16 de mayo. Uno en un tono triunfalista, el otro modestamente.

Se podría decir que la muestra no es muy representativa. 37 manifestantes no componen un universo que ponga a temblar a nadie, mucho menos a los muchachos del PLD que se dan por seguros ganadores. Pero no deja de ser sorprendente que el conteo de votos, por limitado que fuera, haya sido adverso a quien aparece en las encuestas pagadas de firmas harto reconocidas como el candidato preferencial con un amplio margen de ventaja sobre lo que se consideran sin discusión, desde ya, sus únicos rivales: Hipólito Mejía, por el PRD y Eduardo Estrella por el reformismo.

No es que el Bacho vaya a ganar las elecciones de mayo. Pero los resultados de la pequeña encuesta deberían mover a reflexión. Ella significa la percepción que tiene un segmento indeterminado de la población, decidido a votar en el supuesto de unas elecciones limpias, de que ni con Leonel ni con Hipólito se encuentra la solución de los problemas esenciales que acosan al pueblo dominicano y de los cuales, uno y otro son, en gran medida, responsables.

Ambos son coautores del tollo que vivimos, que hace exclamar al Cardenal que «No hay por ningún sitio, un asomo de luz y de esperanza y que estamos en total desamparo».

Quizás el Cardenal tenía su mira puesta en Hipólito, Leonel y Eduardo Estrella. Y se olvidó que El Bacho Va y que tras el Bacho pueden estar fuerzas políticas latentes que no están dispuestas a dejarse narigonear de nuevo, forzadas a elegir entre dos males el menos peor.