Satisfacción de las necesidades básicas y el consumo responsable

Satisfacción de las necesidades básicas y el consumo responsable

ALTAGRACIA PAULINO

Principal derecho del consumidor: ‘satisfacción de las necesidades básicas’

El próximo lunes 15 de marzo se celebra el Día Mundial del Consumidor, cuyos orígenes se remontan a la reivindicación de los derechos del consumidor enunciados por el presidente John F. Kennedy el 15 de marzo de 1962 y que refrendó la Asamblea General de las Naciones Unidos en 1983.

Bajo el lema de “consumidores somos todos” los derechos enunciados formaron parte del paquete de los derechos civiles que dieron fisonomía a la figura del presidente norteamericano, y que sirvieron de impulso para mitigar la discriminación en ese país.

La exclusión más alta que existe en el mundo de hoy, y que ha perdurado pese a las revoluciones y la lucha contra la desigualdad, es la negación de la satisfacción de las necesidades básicas a millones de seres humanos, al punto de que, en pleno tercer milenio, vemos a niños morir por la falta de alimentos y personas sin hogar.

El principal de los derechos del consumidor enunciados, es “la satisfacción de las necesidades básicas”, derecho que se viola con la mala distribución de la riqueza en el mundo, donde se estima que solo el 20 % de la población tiene acceso al 80 % de los recursos de que dispone el planeta.

La balanza se mantiene desequilibrada donde el 1 por ciento de los ricos del mundo acumula el 82 por ciento de la riqueza global, por lo que cerca del 99 por ciento de la población es pobre o muy pobre.

Sorprende la aparición de niños moribundos por la desnutrición en la televisión norteamericana, donde fundaciones caritativas promueven campañas de ayuda para recaudar fondos para hacerlos llegar a los países que sufren hambruna.

Este 15 de marzo, las campañas globales por la conmemoración del Día de los Derechos del Consumidor, apuntalan a un “Consumo Responsable para un Planeta Sostenible”. Muy bien, hay que trabajar el concepto, conectarlo con la agenda que propone reducir los efectos contaminantes del consumismo para borrar la huella de carbono que hemos propiciado y que se presenta como el preludio del calentamiento global cuyos efectos amenaza la vida en la tierra.

¿Ahora bien, a quiénes debe ser dirigida esta campaña? ¿A los países pobres?, a los carenciados del mundo? Pues no, debe apuntar a ese 20 por ciento de la población que consume el 80 por ciento de la riqueza del planeta.

Esta sobradamente demostrado que las grandes industrias, el uso de los combustibles fósiles en gran escala han generado lo que las futuras generaciones conocerán como la “era del plástico”, cuyos efectos son notables con la aparición de islas de este material en los mares, el socavamiento de la fauna marina y el consumo de micro plásticos en los peces que llegan a nuestros platos y a nuestro organismo con la incertidumbre de que no sabemos del daño a la salud.

Los derechos de los consumidores, protegidos por leyes y en las constituciones de la mayoría de los países del mundo, son derechos fundamentales y como ente jurídico asume la fisonomía que producen los cambios sociales por lo que, los derechos digitales, serán parte de los que deberán integrarse en la próxima revisión de estos derechos en la ONU.

Cabe señalar que el reconocimiento de estos derechos ha proporcionado mejores prácticas de los proveedores de bienes y servicios, pero en nuestro país falta mucho por lograr y por hacer en materia de educación tanto de los ciudadanos respecto a sus derechos como a la administración entender el compromiso de protegerlos.

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