“Saturación de pre-campañas = Enfermedad visual”

“Saturación de pre-campañas = Enfermedad visual”

Hola Píndaro! -exclama Herminio a su amigo, y le cuestiona-… ¿Cómo está tu vista?… Te vi estrujándote los ojos con tus dedos y, al acercarme, te los vi colorados”… Mientras los cerraba y abría, Píndaro subía y bajaba la cabeza y la sacudía, en busca de un refrescar su cara… No se estaba dando cuenta que enfrentaba una etapa de sufrimiento por mucho tiempo generalizada entre la población, e ignorada a propósito o por intereses, por nuestras autoridades…

“Caray, Píndaro, te han agarrado fuera de base como a muchos de nosotros cada cuatro años, o más recientemente y por mala costumbre, consecutivamente por los últimos años aquellos que se creen tener su propia parcela en el seno de cada población geográfica del país… Has caído en el gancho de ser contaminado en lo visual, porque un disparate promocional de caras retocadas por la abusada técnica del photoshop se mantienen colgados en los postes de luz de nuestras calles… Sin ton ni son… Muchas de ellas desteñidas por el tiempo y otras, recién instaladas, repetidas hasta en seis postes consecutivos, como si los candidatos se gustaran a sí mismos…”

“Herminio –grita Píndaro- esta jeringa es un absurda y abusiva práctica que cada día está más desenfrenada… Parece que nuestras autoridades se lloran y se cantan al mismo tiempo… Un reparto de monos y monitas en saco y corbata, o en camisas, se nos presentan como promesas para salvarnos de una catástrofe diaria que ellos mismos han creado con sus tropiezos… Parece que nadie les ha dicho que la saturación visual llega hasta a afectar la salud de aquellos que están supuestos a ver sus afiches y carteles promocionales… Lo que para ellos es una vía para exponer sus construidas figuras, lo real es que provocan un impacto ambiental que nos está afectando a todos…”.

“Diantre, Píndaro –exclama Herminio- si los doctores Philip Kotler y William Stanton, padres del mercadeo moderno, nos visitaran de nuevo como cuando estuvieron aquí hace unos 15 años, se mueren de pena y rabia por impotencia, al ver cómo improvisados y/o pseudo mercadólogos llevan a cabo campañas de imagen que, a la postre, lo que logran es ‘campañas de des-imagen’… Lo triste de todo esto es que, los que están llamados a organizar este abuso al utilizar elementos no-arquitectónicos, aceleran la alteración de la estética, la imagen de nuestros paisajes tropicales tanto rurales como urbanos, sobre estimulando visual y agresivamente a la vez que invasiva y simultánea, mientras tratan de vendernos la idea de que somos un país ideal para atraer al turismo… ¡Qué falta de respeto!… El dinero destinado a campañas políticas -a destiempo y a tiempo- amamanta la falta de un mercadeo serio y responsable, creando agentes altamente contaminantes…”.

Y, Píndaro remacha sus palabras diciendo: “Ojalá y alguien le dijera a estos funestos personajes que sus prácticas de saturación visual, más que beneficiarles, influyen negativamente sobre aquellos que con gran frecuencia los ven, disminuyendo su calidad de vida… Solo hay que ver en plena autopista Duarte, camionetas cargadas de afiches, deteniéndose en todos los postes de luz para que parejas de empleados saquen una escalera y se dispongan a clavarlos indiscriminadamente… Esto, más que fidelidad, tiende a crear ansiedad y sobre estimulación negativa, fomentando distracción en los automovilistas y verdaderos disparadores de accidentes de tránsito, tendiendo a imposibilitar la percepción de las señales indicadoras de tránsito…”

“Amárrate el cinturón, Píndaro –dice Herminio- estamos ante una gran contaminación visual en el país… un panorama terriblemente agresivo… -y reflexiona- ¿De dónde crees que nacen parte de los comportamientos y acciones agresivas que estamos viendo a diario?… ¿Por qué los ayuntamientos –exceptuando el de Santiago que ya lo ha hecho- y Obras Públicas, no se ponen de acuerdo y recogen todos esos afiches que contaminan nuestro ambiente?”.

 

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