Scarlett Johansson Símbolo sexual moderno

Scarlett Johansson Símbolo sexual moderno

EFE. REPORTAJES. Dos décadas es el tiempo que lleva Scarlett Johansson apareciendo en la gran pantalla. Su debut fue en 1984, cuando participó en la película “North” con solo diez años, y a punto de cumplir los treinta ya suma más de cuarenta filmes, convertida en una de las actrices mejor valoradas del mundo.

Nació un 22 de noviembre de 1984 en un hogar de clase media de Nueva York. Hija de un arquitecto danés y de una cinéfila de origen polaco, comenzó desde la infancia a dar vueltas por los platós buscando un papel.

Su madre la llevaba a audiciones para anuncios, pero como sufría intensamente los rechazos, la limitaron sólo a pruebas para películas, donde finalmente reconocieron su talento.

Tras varios papeles secundarios comenzó a ser reconocida en 1998 por su papel en la exitosa “The Horse Whisperer”, de Robert Redford.

Pero fue en 2003 con la cinta independiente “Lost in Translation”, de Sofía Coppola, con la que alcanzó el reconocimiento mundial que le valió el Premio Bafta del cine británico a la Mejor Actriz.

La más bella. Volvió a recibir críticas favorables de la prensa internacional cuando se transformó en Griet en la película “Girl with a Pearl Earring”.

“Bella, experimentada y con talento”, ha dicho de ella Woody Allen, un director con muy buen ojo para elegir actores, pero que no suele prodigarse en alabanzas con nadie.

El director la eligió con 21 años para interpretar a Nola Rice, en “Match Point” (2005); a Sondra Pransky, en “Scoop” (2006); y para dar vida a la sexy Cristina, en “Vicky Cristina Barcelona” (2008). La sensualidad y la belleza que destila la joven actriz de ojos verdes, dentro y fuera de las pantallas, la han colocado en el top de las mujeres más deseadas del mundo.

En el año 2006 fue considerada la mujer más sexy del mundo, según la encuesta anual de la revista para hombres “FHM”.

También fue nombrada la mujer viva más sexy por la revista “Esquire” en 2006 y se convirtió en la única mujer reconocida con el título por segunda vez en 2013.

Pero ella no se conforma con ser una cara bonita y se dedica también a actuar en diversas obras de teatro y ha grabado dos álbumes como cantante.

Apoya causas sociales. Protagonista de numerosas campañas publicitarias que aprovechan su gran popularidad, Johansson procura dedicar algo de su escaso tiempo libre a campañas benéficas como la que emprendió en 2005 junto a figuras del espectáculo como Bono, Claudia Schiffer y Paul McCartney para presionar a los gobiernos para que ayuden a erradicar la pobreza en el mundo.

En 2010 uno de sus admiradores pagó más de 69,000 dólares para conocer a la actriz mediante la subasta de una cita a través de Internet, en la que el dinero conseguido fue destinado a la ONG Intermón Oxfam para apoyar a Haití.

Precisamente, este año renunció como embajadora de esa organización tras protagonizar un anuncio de la compañía israelí de máquinas de refrescos Sodastream, radicada en un asentamiento judío y que recibió miles de críticas palestinas.

“Como la mayoría de las actrices, mi auténtico trabajo es salvar el mundo”, afirma Johansson, quien se limitó elegantemente a citar como causa “diferencias fundamentales de opinión” sobre el caso.

 

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