Schroeder se juega su carrera política

Schroeder se juega su carrera política

BERLIN (AFP).- El mediático y carismático canciller socialdemócrata alemán Gerhard Schroeder, quien se juega su carrera política en las elecciones legislativas de hoy domingo, lucha con la misma fuerza que le permitió salir adelante en su juventud por un tercer mandato tras siete años en el poder.

A pesar de que todos los sondeos predicen una derrota de su Partido Socialdemócrata (SPD), Gerhard Schroeder se muestra combativo y optimista en todas sus apariciones públicas.

«El viento está girando», declaró con satisfacción hace unos días este hombre de cabellos castaños y ojos azules de 61 años de edad tras la ligera recuperación del SPD en las encuestas, donde continúa estando al menos seis puntos por detrás de la democracia cristiana de Angela Merkel.

En las legislativas de 2002, y tras ir perdiendo durante meses en los sondeos ante su rival conservador Edmund Stoiber, Schroeder invirtió la situación asumiendo resueltamente una campaña contra la guerra de Irak y superando con destreza la crisis causada por unas inundaciones en el este del país. Fueron dos temas que permitieron al Partido Socialdemócrata, aliado con los Verdes desde 1998, ganar ajustadamente aquellas elecciones.

Esta vez el pragmático Schroeder, partidario de una «Realpolitik» social, puede fracasar debido al abandono del electorado socialdemócrata, desconcertado por las dolorosas reformas sociales y la persistencia de una elevada tasa de desempleo (11,4% de la población activa).

En cambio, el canciller puede hacer alarde de una política exterior alemana más fuerte y más independiente de Estados Unidos, como recordó a principios de septiembre en el único debate televisado con su rival Angela Merkel, del que salió ampliamente vencedor, según los sondeos.

Este hombre cuya popularidad es siempre superior a la de su partido en los sondeos demostró nuevamente su carácter el 22 de mayo, cuando sacó rápidamente las consecuencias de la derrota del SPD en su hasta entonces histórico feudo de Renania del Norte-Westfalia.

En lugar de continuar gobernando con las manos atadas, Schroeder prefirió proponer la celebración de elecciones anticipadas, un año antes de lo previsto.

«Siempre he tenido que luchar por lo que he conseguido», afirmó recientemente este hombre nacido el 7 de abril de 1944 en Mossenberg (oeste).

Gerhard Fritz Kurt Schroeder tuvo que ponerse a trabajar desde muy joven para ayudar a su madre, Erika, a mantener a una familia de seis personas. No conoció nunca a su padre, que murió en combate en Rumania durante la Segunda Guerra Mundial.

«No teníamos ni un centavo», recuerda el canciller, quien durante su segundo mandato (2002-2005) impuso impopulares reformas sociales para tratar de reducir los déficits públicos y la tasa de desempleo.

Este aficionado al fútbol consiguió su primer empleo como vendedor a los 17 años, después de haber trabajado como aprendiz. Cinco años más tarde terminó el bachillerato para comenzar la carrera de Derecho, que financió trabajando como albañil. Entre tanto, se afilió al SPD.

A los 36 años, el abogado Schroeder fue elegido por primera vez diputado de la cámara baja del parlamento (Bundestag).

Al principio de su carrera política, tras una noche regada con abundante alcohol, este aficionado a los puros cubanos se asió a las rejas que rodeaban los jardines de la sede de la cancillería alemana en Bonn y gritó: «quiero entrar allí».

Su deseo se cumplió en el otoño de 1998, tras la clara victoria del SPD en unas legilativas que supusieron el final del largo reinado del ex canciller conservador Helmut Kohl.

Ahora, Gerhard Schroeder, quien recientemente adoptó una niña rusa con su cuarta esposa, la periodista Doris Schroeder-Koepf, suele decir que otro de sus sueños es vivir en Nueva York, la ciudad preferida de Doris.

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