TEMPE, Arizona (AP).- Cuando los Serafines de Anaheim contrataron a José Guillén como agente libre sabían del tremendo talento del jardinero dominicano, pero también estaban intrigados sobre el historial de indisciplina que lo acompañaba.

Sin embargo, el Guillén que han visto los Serafines en la pretemporada no se parece en nada al que antecedía su fama.

«Este chico trabaja como nadie en el equipo y siempre esta disponible para lo que le ordenen», dijo el mánager Mike Scioscia.

«Estoy impresionado con su ética de trabajo y dedicación. Llega primero que todos los demás y es el último en marcharse. Además, tiene una pasta especial de jugador», dijo el cubano Preston Gómez, asistente especial del gerente general Bill Stoneman.

Los Serafines ficharon a Guillén por dos temporadas y 6 millones de dólares luego de que pusiera los mejores números de su carrera en el 2003.

Guillén bateó 311 con 31 jonrones y 86 carreras remolcadas en 136 partidos con los Rojos de Cincinnati y los Atléticos de Oakland la temporada pasada. En siete temporadas, batea 270 con 83 vuelacercas y 354 carreras impulsadas.

El talento de Guillén, quien puede batear para promedio y poder, corre bien en las bases y posee uno de los brazos más poderosos en las mayores, nunca ha estado en tela de duda

Pero también se señalaba a Guillén como un jugador con un carácter difícil de manejar, especialmente cuando no recibe la cuota de juego que cree merecer.

«Se han tejido historias a mi alrededor simplemente porque reclamé jugar anteriormente, pero no soy un jugador problemático, nunca lo he sido», dijo Guillén.

«Me gusta que un jugador quiera estar en la alineación. El que no reclame jugar, entonces no debería estar en un equipo de grandes ligas», dijo Scioscia.

Con apenas experiencia de clase A y 19 años, Guillén debutó en las mayores con los Piratas de Pittsburgh en 1997. Después de dos buenas temporadas, fue canjeado a los Devil Rays de Tampa Bay y entonces comenzaron los problemas.

«No comprendí cuando me cambiaron… Fue difícil salir de Pittsburgh y entonces llegar a un lugar en donde no me pusieron a jugar. En ese momento creía que era algo personal en mi contra. Estaba muy joven», dijo Guillén.

Ahora con 27 años y un puesto seguro en la alineación de un gran equipo, Guillén dice que está listo para escribir un nuevo capítulo.

«Quiero que la gente me conozca como soy realmente. Soy un hombre que ha trabajado duro para llegar a donde estoy y no me importa seguir trabajando más duro para mantenerme», afirmó.