Cuando el jueves pasado “el veloz zorro marrón saltaba sobre el perro perezoso» para hacer posible que al día siguiente de la página impresa saliera nuestra advertencia de que con la llegada de la nueva Administración Trump, República Dominicana debía prepararse para un encuentro cercano con las monedas digitales (tras haberse mantenido por mucho tiempo a gran distanciada de ese mundo), lo hacíamos no sólo motivado por la promesa hecha en campaña por el presidente estadounidense de convertir a los Estados Unidos en la capital mundial de las criptos, sino también porque habiendo pasado sólo horas de haber tomado posesión, Donald Trump había decidido designar a Paul Atkins, conocido por su postura proactiva hacia los activos digitales, como jefe de la Comisión de Bolsa y Valores.
Lo que no lográbamos imaginar entonces era que hora después, el mismo jueves, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, crearía, como en efecto creó, las condiciones para acelerar el proceso, al firmar el 23 de enero una orden ejecutiva para la inclusión de bitcoin en las reservas de Estados Unidos.
Puede leer: ¿Llegó el momento de regular las monedas digitales?
Según el sitio oficial de la Casa Blanca, la orden ejecutiva incluye conformar un Consejo Asesor de criptomonedas en la Casa Blanca, que se dedicará a iniciar el proceso para la creación de la reserva, al tiempo de trabajar con el Congreso en la legislación sobre criptomonedas, así como establecer una coordinación para los mismos fines con agencias como la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) y la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos y el Tesoro (CFTC).
Y para dar lo suyo al tiempo, sin perderlo, la orden ejecutiva también establece que en un lapso de 60 días todas las agencias vinculadas con el ecosistema deberán recopilar todos los reglamentos, documentos de orientación, órdenes u otros elementos que afecten a las criptomonedas, indicando además si esas normativas deben ser rescindidas o modificadas.
Son hechos, no sólo intenciones, que deberán llevar a acercarnos al mundo de las criptomonedas para regularlas y promoverlas.
El auge de estas tecnologías es una realidad que hace cada vez más presente en los mercados y la República Dominicana no ha sido ajena a esta tendencia.
No obstante, hasta la fecha, las autoridades dominicanas no ha emitido una criptomoneda estatal, como han hecho otros países, ni ha aprobado una legislación para regular las criptomonedas privadas de manera integral, a pesar de que su presencia en el país se ha hecho notoria..
Al contrario, el Banco Central de la República Dominicana ha hecho publicaciones a través de las cuales ha dejado constancia de que no tiene vinculación alguna con ese mundo, al advertir a la población nacional que ningún tipo de criptomoneda cuenta con respaldo ni con la autorización de la Junta Monetaria para su emisión y utilización como método de pago, es decir, que no tienen curso legal ni fuerza liberatoria de obligaciones en todo el territorio nacional.
Pero a partir de la irrupción era dorada de las criptomonedas que traerá la Administración Trump es de esperar un cambio de actitud de las autoridades locales que haga posible que el país se abra a las oportunidades de ese pujante mercado.