¿Se acabó la magia?
Cuestionan el bateo de David Ortiz

<STRONG>¿Se acabó la magia?<BR></STRONG>Cuestionan el bateo de David Ortiz

Por Gordon Edes,
Del Boston Globe
BALTIMORE.-
Sigue siendo una de las temporadas de mayor suerte de todos los tiempos, y se vio resaltada en este momento. Brady Anderson era el jardinero de liga menor de los Medias Rojas que fue cambiado con un lanzador de liga menor llamado Curt Schilling a los Orioles por el lanzador Mike Boddicker en 1988, cuando el gerente general Lou Gorman buscaba mejorar su rotación abridora para la fecha límite de cambios.

Anderson se convirtió en un jugador sólido de los Orioles, promediando poco más de 15 jonrones por temporada, hasta 1996, cuando conectó 50, dos menos que Mark McGwire y uno más que Ken Griffey Jr.

Fue una explosión asombrosa (y en muchos círculos sospechosa) y mucho más porque siguió esatemporada con solo 18 en cada uno de los siguientes dos años y nunca más pegó más de 24.

Hasta esta temporada, en solo otras dos ocasiones un pelotero que ha conectado 50 jonrones se queda en menos de 30 la siguiente. Una fue Hack Wilson, el jardinero de los Cachorros que ligó 56 en 1930 cuando impulsó 191 carreras.

Wilson peleó con el dirigente Rogers Hornsby la siguiente campaña y terminó la temporada de 1931 con solo 13.

En el 2001, Luis González disparó 57 en su mejor temporada de por vida. La siguiente, González cayó a 28, y ahora, al final de su carrera con los Dodgers, se ha quedado con menos de 20 en los dos últimos años.

De las 39 veces que se han conectado 50 jonrones en una temporada, un toletero pegó 70 la siguiente (McGwire en 1998). Tres veces un jugador ligó al menos 60 (Sammy Sosa dos veces y McGwire). Seis sumaron al menos 50, 15 al menos 40 y nueve al menos 30.

Pero esta temporada podría haber un cuarto jonronero de 50 que se quede con menos de 30, y ese es David Ortiz, de los Medias Rojas de Boston.

Ortiz ahora mismo proyecta 28 vuelacercas, pues tiene 19 en estos momentos y se encuentra empatado con Manny Ramírez en el liderato del club.

Lesionado el 20 de julio contra los Medias Blancas, Ortiz necesita 11 jonrones en los últimos 48 partidos del año para alcanzar 30, algo dudoso si se toman en encuenta las condiciones de su hombro lastimado además de una rodilla adolorida por un cartílago desgarrado.

“Creo que el descenso ofensivo ha sido un peso para él”, dijo un compañero de Ortiz esta semana en Anaheim. “Puede que ahora los esté buscando, y ahí es cuando las cosas se ponen difíciles”.

Ortiz está bateando para promedio -.319- y su OPS de .991 es segundo en la Liga Americana solo detrás de Alex Rodríguez (.1025). Pero para aquellos que se preguntan si alguna de la magia se ha perdido, él les ha dado motivos.

Considere esto, en las situaciones apremiantes, o sea, del séptimo episodio en adelante y cuando el equipo está empatado o arriba por una, Ortiz lideró las mayores en el 2006 con 11 jonrones, uno más que Albert Pujols.

Fue segundo en empujadas, detrás de Jeff Francoeur, 33 a 29. En el 2005, Ortiz también lideró las mayores con 11 cuadrangulares y fue el primero en impulsadas con 33.

Media página en la guía de prensa está dedicada a los hits para ganar partidos de Ortiz: 15, incluyendo dos épicos cuadrangulares en la postemporada del 2004.

Este año no se ha inscrito nada nuevo. En los momentos apremiantes, Ortiz no tiene vuelacecas y tres empujadas. El novato Dustin Pedroia, quien sacó la bola del parque para romper un empate el miércoles contra los Angelinos, tiene dos jonrones en la parte final de los juegos.

Y Ortiz no puede buscar a Ramírez para levantarlo en esas situaciones: Ramírez tiene dos jonrones, pero de 50-8 (.160), .100 menos que Ortiz. Pedroia tiene el promedio más alto del equipo en esas situaciones, con .372, mientras Jason Varitek está detrás con .367. Cuatro jugadores, incluyendo a Varitek, han empujado tanto como ocho carreras.

Con los Medias Rojas intentando ganar su primer título divisional desde 1995, los hits importantes de Ortiz ayudarían mucho, pero podrían no llegar. “No apostaría contra David Ortiz”, dijo el gerente general Theo Epstein recientemente.

“Uno no olvida como batear”, dijo Ortiz el otro día al hablar de Jermaine Dye, pero podría haber estado hablando de él mismo. “Eso no se le quita a nadie”.

Pero cuando los lanzadores se vuelven más juiciosos en su elección de lanzamientos – “Barry Bonds me dijo que sería así después de 50”, dijo Ortiz durante la visita de los Gigantes a Boston – y la rodilla y el hombro adoloridos, las probabilidades comienzan a irse en su contra.

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