Se acabó lo que se daba

Se acabó lo que se daba

POR LEO BEATO
Hace exactamente 25 años Horton X, un ex-oficial de la Fuerza Aérea Norteamericana, que se me identificó como «un extraterrestre» de otra Galaxia, me informó lo siguiente: «Un megatsunami (ola gigante), producido por una explosión volcánica en Las Islas Canarias, podría tragarse a las Antillas y terminar destruyendo la costa atlántica de los EE.UU».

Cuando constató que yo me reía de su predicción nefasta, enfocó sus pupilas en mi entrecejo y me dijo: «No lo tomes a broma, pues cualquier erupción volcánica en el Caribe, como la del volcán de la isla de Guadalupe, produciría una reacción en cadena de tsunamis que se tragaría a la Florida. Todo depende de las «effluvia». Cuando le pregunté qué cosa eran las «efluvia» me dijo que se trataba de los pensamientos destructivos que emiten los seres humanos. Estos se acumulan alrededor del planeta e interfieren con su círculo magnético pero podemos cambiar nuestro destino si aprendemos a deshacernos de las effluvia y transformar nuestro futuro, como decía Nostradamus. De lo contrario terminaremos cavando nuestra propia tumba.

Después de los últimos acontecimientos en Indonesia, la India y Sri Lanka, donde han perecido mas de 200,000 seres humanos, he dejado de reírme de Horton X. De hecho, en el New York Times, en su edición del 28 de diciembre pasado aparece un artículo firmado por el científico telúrico, Dennis Smith, donde se dice lo mismo que me había dicho Horton hace 25 años. Esta vez se habla de la posibilidad de una enorme avalancha de rocas y de lava precipitándose en el Atlántico como producto de la erosión del volcán «Cumbre Vieja» en la pequeña isla de La Palma, al extremo oeste de Las Canarias.

El cráter tiene mas de ocho kilómetros de ancho, entra en erupción cada 300 años y causaría un megatsunami de proporciones apocalípticas que cambiarían para siempre el litoral este de los EE.UU. tragándose irremediablemente a las islas del Caribe, incluyendo a Cuba, a Puerto Rico y a Dominicana. Solamente se salvarían las montañas.

Tenemos que considerar que el megatsunami que acabó recientemente con Sumatra y Sri Lanka cubrió un territorio equivalente a España, Francia y Alemania, juntos, lo cual desafía la imaginación del mas timorato. Ya no se trata de predicciones extraterrestres, se trata de una realidad constante y sonante y bajo nuestras propias narices. La situación parece mas que apremiante, sobre todo si tomamos en cuenta el calentamiento atmosférico, el abultamiento de los mares debido al derretimiento de las capas polares (icebergs) y los deshechos nucleares intermitentes. ¿Existe un plan de contingencia de parte de algunos de nuestros gobiernos? ¿Santa Bárbara bendita cuando «ya se acabó lo que se daba»? La respuesta está en nuestras manos.

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