Wander Franco es uno de los peloteros jóvenes más talentosos de la República Dominicana.
En pocos días deslumbró en Tampa y fue premiado con un contrato que golpea los 200 millones de dólares.
Sin embargo, de la noche a la mañana, el jugador de apenas 23 años de edad ve su carrera tambalearse.
La asociación de peloteros no quiere opinar.
Los ejecutivos de Tampa tampoco quieren hablar.
Sólo la prensa especula y en Tampa dicen que se acabó la carrera de Franco.
Sin embargo, Franco tiene algunas cosas a su favor.
1- Su juventud.
2- Su gran talento.
Desde fuera se observa que Franco necesita armar un equipo de abogados de alto nivel para que le indiquen los pasos a seguir.
¿Cuál sería el primero?
1- Una rueda de prensa nacional e internacional mostrando su arrepentimiento y pedir disculpas.
Apelar a la inmadurez, a la juventud, a la falta de asesoría y conocimiento, y admitir que actuó como un muchacho, de forma inadecuada.
Cuando los atletas piden disculpas y prometen cambiar, en muchos casos se les da una segunda oportunidad.
Pero, mientras todos sigan “mudos”, incluyendo el propio pelotero, el panorama seguirá oscuro.
No lo estoy defendiendo, pero tampoco soy Dios para pedir que sea enterrado.
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