Lo ideal es hacer una combinación de alimentos, quesos con frutas, caldos y jugos. El día 31 debe hacerse un almuerzo ligero para compensar la gran cena de la noche, que por supuesto será más fuerte

POR NELLY RAMÍREZ
Ya pasó Nochebuena, festividad en la que algunas veces cometemos excesos con la ingesta de alimentos, diversos y abundantes. Se aproxima ahora la gran noche del 31, cuando se repiten  los mismos festines gastronómicos en los hogares dominicanos, pero de manera más tímida.

La gran cena para despedir el «año viejo» no es una costumbre muy arraigada entre los dominicanos, como lo es la Nochebuena, pero sí tiene presencia en gran parte de los hogares, en los que se elabora el mismo menú.

Pero, se ha puesto a pensar qué tan cansado y saturado está su organismo? Imagínese que bastante, por la gran cantidad de alimentos consistentes en carnes, arroces, grasas y bebidas alcohólicas ingeridas, lo que significa que debe hacer un alto en estos días previos para preparar el organismo y volver a las festividades propias para despedir el año.

Interesados en hacerles algunas recomendaciones de cómo prepararse para la gran cena y  fiesta de Año Nuevo, pero sustentadas por un profesional de la salud, conversamos con el nutricionista Félix Escaño, quien nos habló de cómo preparar al organismo para las grandes ingestas de alimentos propios de estas fiestas y cómo desintoxicarlo después.

Tradicionalmente para estas fiestas los dominicanos acostumbran consumir productos elevados en proteínas, azúcares y grasas como son carnes, bebidas alcohólicas y golosinas, los que, según explica el doctor Escaño, debe hacerse con moderación para no ocasionar problemas de salud y sobre peso.

 «Aunque es ya una costumbre consumir estos productos, deben evitarse las exageraciones, especialmente en las personas diabéticas, hipertensas y que tienen colesterol malo, quienes necesitan mantener equilibrado el balance de su metabolismo y presión arterial».

«Lo ideal es hacer una combinación de alimentos, quesos con frutas, caldos y jugos. El día 31 debe hacerse un almuerzo ligero para compensar la gran cena de la noche, que por supuesto será más fuerte».

Para el día 1, cuando la mayoría almuerza con los alimentos que sobran de la noche anterior, Escaño exhorta cenar ligero,  para que el cuerpo pueda equilibrar la carga de energía suministrada los días anteriores.

Aconseja, además, no llenarse demasiado cuando no se ha ingerido nada durante el día, puesto que traería como consecuencia una indigestión, intoxicación alimenticia, y, si es diabético, subida brusca del azúcar, y los hipertensos, crisis hipertensiva.

Sobre los excesos de bebidas alcohólicas, afirma el doctor Escaño que en estas fechas es muy común, pero que debe hacerse con prudencia, porque la ingesta inadecuadas de estas deprimen el cerebro, bajan el azúcar a las personas que padecen esta enfermedad, y es una de las causas más frecuentes de accidentes de tránsito.

«Mi exhortación es no consumir bebidas alcohólicas en excesos, pero sí la consumen no hacerlo con el estómago vacío, para evitar bajones bruscos de  azúcar», añade.

Para los días después de los grandes festines gastronómicos, considera adecuado hacer una dieta balanceada de desintoxicación de dos o tres días, en las que se reduzca la ingesta de grasas, azúcares y alcohol, y se consuma  mucho víveres, vegetales, frutas y caldos.

Sugiere el profesional de la salud tener control tanto con el consumo de comidas como de bebidas alcohólica, y a trazarse una meta para el año próximo de reducir la tasa de sobrepeso y obesidad, la que, según afirma, «va en aumento, desencadenando secuelas de enfermedades a nivel mundial».

«Las familias dominicanas deben proponerse para el año 2007 identificar cuáles serían las meriendas adecuadas para sus niños y mejorar su alimentación en el hogar, para tener una mejor calidad de vida», especificó.

Advierte, que de acuerdo a datos estadísticos, en países desarrollados el 60% de la población está en sobre peso, y que en República Dominicana hay  alrededor de 32%, según un estudio realizado por la Sociedad Dominicana de Cardiología en 1998, sobre factores de riesgos cardiovasculares.