Se acercan las vacaciones… ¡qué estrés!

Se acercan las vacaciones… ¡qué estrés!

Cuando el asueto se acerca, los preparativos pueden causar nerviosismo e incertidumbre, lo que se conoce como estrés prevacacional. Una experta ofrece consejos para transitar con suavidad desde las obligaciones y la rutina al ocio.
Suele hablarse del síndrome postvacacional o la difícil readaptación al trabajo, las clases y las obligaciones que sufren algunas personas tras el asueto veraniego, pero ¿existen también un desasosiego y estrés previos a las vacaciones?
La psicóloga clínica Margarita García Marqués, confirma que el síndrome o malestar de readaptación prevacacional, es menos conocido, pero más frecuente de lo que suele creerse.
“Cuando las vacaciones se vuelven una realidad inminente, una o dos semanas antes de que comiencen, algunas personas sienten un aumento de cansancio, tensión y estrés, así como sensaciones contradictorias”, explica a Efe García Marqués, directora del Centro Hara (https://centrohara.es) y organizadora del taller ‘Vacaciones creativas’.
“Justo antes de vacacionar, sienten que ya no pueden más, que los últimos días de trabajo suponen un esfuerzo enorme, tienen muchísimas ganas de irse y descansar y, a la vez, la sensación de que ese momento nunca llegará. Se sienten ansiosos por llegar a destino y tensos por los preparativos del viaje”, explica esta psicóloga.
“Curiosamente, esa sensación psicológica de que cuesta mucho funcionar a diario y de que ya no se puede más, se produce cuando se está más cerca de las vacaciones, aunque el nivel de actividad física de esos últimos días previos sea el mismo que todo el año”, añade.
“A este cansancio se suman el estrés y la ansiedad debidos a las expectativas que generan las vacaciones, a su organización y elección de su destino, a la necesidad de conciliar los gustos y necesidades de los miembros de la familia, a los cambio de hábitos y rutinas, y al paso de una vida organizada a una etapa de mayor libertad y menos control”, asegura García Marqués.
Consejos prácticos. Estos son sus consejos y claves para suavizar la transición de las obligaciones a las vacaciones y reducir el estrés prevacacional.
1.- Prepare sus vacaciones con bastante antelación. “Efectuar los preparativos poco a poco, y al menos quince días antes del viaje, en vez de concentrarlos en la última semana o días antes de irse, es una medida de sentido común, que evita prisas, nervios y agobios”, señala García Marqués.
2.- Imagine que las vacaciones comienzan más tarde. “Para evitar ese cansancio o ansiedad similar al de quienes realizan un carrera, caminata o escalada cuando están a punto de llegar a la meta, recomiendo imaginar que el comienzo de las vacaciones está más lejos, por ejemplo una semana después de lo que ocurrirá en realidad”, comenta la experta.
3.- Piense en lo que más le gusta y necesita. “Algunos disfrutan estando todo el día en la playa debajo de una sombrilla, otros prefieren la acción, haciendo senderismo, o subiendo montañas, y hay a quienes les encanta descubrir una ciudad recorriéndola, pero la clave es elegir las vacaciones conociéndonos y sabiendo qué necesitamos más”, según García Marqués.
4.- Reserve espacios para la acción gratificante.
Según esta psicóloga, “practicar algún deporte o realizar actividades que nos diviertan durante las vacaciones ayuda a descargar las tensiones y aumentar la vitalidad, en vez de aumentar el cansancio, como cree mucha gente”.
5.- Descansar en exceso puede cansarnos mucho. La directora de Hara también sugiere dedicar momentos a descansar, ya que estar haciendo continuamente cosas es estresante, pero sin excederse, porque “quedarse bajo el sol o permanecer en la inactividad durante mucho tiempo puede provocar cansancio e incluso ser extenuante”, indica.
6.- Intente complacer a todos un poco. “Al organizar las vacaciones hay que tener en cuenta los gustos y necesidades de cada miembro de la familia, como pareja, niños o abuelos, observando lo que necesitan y quieren, y hablando para conocer sus puntos de vista. La idea es intentar complacer a todos un poco en la medida de lo posible”, sugiere la psicóloga.
7.- A los niños les gusta hacer y descubrir. “Es bueno conocer los deseos de los hijos, pero la decisión última debe estar en manos de los padres, teniendo en cuenta que los niños y adolescentes suelen resistirse a las propuestas más activas, porque les da pereza pero, habitualmente, al probarlas las disfrutan.

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