Se agrava salud del Papa; llaman católicos a rezar

Se agrava salud del Papa; llaman católicos a rezar

CIUDAD DEL VATICANO (EFE).- El papa Juan Pablo II se encuentra en estado muy grave, tras declarársele una infección urinaria, acompañada de un cuadro de fiebre muy alta, lo que ha elevado al máximo la tensión en el Vaticano.

Fuentes de la Santa Sede señalaron a EFE que el Pontífice, de 84 años, ha reaccionado en un primer momento de forma favorable a la medicación con antibióticos, aunque su estado se sigue considerando muy grave.

Diversas fuentes, que no han sido confirmadas de manera oficial, apuntan a que el Papa recibió la extremaunción.

La preocupación por la evolución del anciano Pontífice, que se incrementó en las últimos días, se ha convertido en alarma después de que el portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro Valls, reconociera que se había producido un empeoramiento de su estado.

Navarro informó, a través de un comunicado, de que el Papa había sufrido una afección «altamente febril» motivada por una infección de las vías urinarias y que se había iniciado una terapia con antibióticos.

Este cuadro clínico, unido a la debilidad mostrada por Juan Pablo II en los últimos días, ha sido recibido como una noticia preocupante, pese a la alusión tranquilizadora de Navarro de que todas sus constantes estaban bajo control.

Según el portavoz de la Santa Sede, el Pontífice está «estrictamente controlado por el equipo médico» que le atiende, que ha decidido que por el momento no sea trasladado al Policlínico Gemelli de Roma. El Gemelli ha sido el centro sanitario habitual de Karol Wojtyla donde cuenta con unas dependencias privadas en la décima planta, en las que ha sido ingresado en nueve ocasiones a lo largo de su Pontificado.

En ese centro hospitalario católico de la capital italiana ingresó el Papa hace ahora dos meses aquejado de una grave crisis respiratoria, que ha ido minando su ya de por si delicado estado de salud. La noticia del empeoramiento en el estado de salud del Papa ha movilizado a grupos de católicos que han optado por acercarse hasta las inmediaciones de la Plaza de San Pedro para rezar por su salud. La Policía italiana ha cerrado la zona al tráfico.

Todas las miradas de los fieles se dirigen a las ventanas de sus aposentos, vigiladas por decenas de cámaras de televisión de todo el mundo y que esta noche permanecen con las luces encendidas.

Juan Pablo II guardó hoy reposo durante toda la jornada, después de que el miércoles compareciera brevemente ante los fieles en la Plaza de San Pedro, donde saludó y bendijo durante varios minutos, aunque no consiguió hablar.

Tras su última aparición pública se informó de que se le había colocado una sonda nasogástrica para alimentarle y tratar de acelerar su recuperación, después de la traqueotomía a la que fue sometido el pasado 24 de febrero.

Aquella intervención afectó a su capacidad para deglutir los alimentos, algo a lo que se suman las dificultades que le produce la enfermedad del Parkinson que padece desde hace años

RESPONDE AL TRATAMIENTO

CIUDAD DEL VATICANO (EFE).- El Papa reacciona bien a la medicación a base de antibióticos que le suministran los médicos para que supere la actual infección de las vías urinarias, según ha informado esta madrugada Radio Vaticana.

La emisora de la Santa Sede ha asegurado en su página de Internet que las condiciones de salud de Juan Pablo II «parece que se han estabilizado».

Los médicos continúan en la tercera planta del Palacio Apostólico Vaticano, donde el Papa tiene sus aposentos privados, para controlar en todo momento la evolución del paciente.

PELIGRO DE SEPTICEMIA

ROMA, (EFE).- El temor a que la infección urinaria que padece el Papa degenere en una septicemia es el dominante ahora en relación con su estado de salud.

La septicemia es una infección grave generalizada, potencialmente mortal, que progresa rápidamente y que puede surgir a su vez de otras infecciones en los pulmones, el abdomen y el tracto urinario. La septicemia puede conducir rápidamente al llamado «choque séptico» y a la muerte un vez que están en acción las toxinas liberadas por las bacterias.

Algunos síntomas de la infección son la fiebre elevada, la disminución de la presión arterial y, en el caso concreto de la de las vías urinarias, la inflamación de la vejiga, que se manifiesta también con dolores frecuentes.

RECUPERACIÓN DIFÍCIL

LOS ANGELES (AP) _ Le será difícil al Papa Juan Pablo II reponerse de esta crisis debido a su edad y a las secuelas de los numerosos padecimientos que lo aquejan, coincidieron varios expertos.

«No es una situación muy promisoria que se diga», dijo el doctor Benjamin Ansell, internista en la Escuela de Medicina de la Universidad de California en Los Angeles. «Cuando las infecciones son reiteradas, como le ocurre al Papa, los antibióticos, en vez de ayudar, pueden provocar más resistencia».

Ansell dijo que una persona saludable puede reponerse de una fiebre alta sin mayores problemas, pero que tal fiebre podría ser devastadora para una persona que sufre el mal de Parkinson u otro problema neurológico, como el Papa. Algunas víctimas del mal de Parkinson, de ser afectadas por una fiebre alta, incluso podrían caer en estado catatónico, añadió Ansell.

«Su cuerpo se ha paralizado», dijo el doctor Zab Mosenifar, experto en gerontología en el Centro Médico Cedars-Sinai de Los Angeles. «Generalmente, en esos casos la salud sigue en declive».

Mosenifar señaló que los órganos del cuerpo son interdependientes, y que si uno falla podría generar «un efecto dominó» en que fallan todos los demás.

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