NAGUA. MARÍA TRINIDAD SÁNCHEZ. Veintiuna escuelas públicas de esta provincia y la extensión de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, y ocho escuelas del municipio de Sánchez, Samaná, sufrieron grietas en sus paredes, por el sismo de 5.3 del pasado lunes, que tuvo una réplica que se produjo a las 10:40 de la mañana de ayer.
Como consecuencia de la situación, fue muy poca la asistencia de los estudiantes de la tandas vespertina y nocturna en todos los planteles públicos y privados.
El informe dado a conocer al director de la regional número 14 del Ministerio de Educación, Francisco Reynoso Consuegra, y por los directores de los distritos escolares números 14-01, 14-02, 14-03 y 14-05, este último del municipio de Sánchez, dan cuenta de que estos centro educativos sufrieron agrietamiento en diferentes lugares.
De estos planteles solamente representa peligro para impartir docencia la escuela básica de Caño Debajo, de este municipio, mientras que en las demás se está impartiendo docencia, aunque con escasa asistencia de los estudiantes, ya que en la población de mantenía en pánico, que aumentó con el movimiento sísmico de la mañana de ayer.
A nivel privado no se reportado daños físicos a las edificaciones de los diferentes planteles, aunque decenas de niños resultaron desmayados en toda la provincia, siendo más notorios en los municipio de Río San Juan, Cabrera y esta ciudad, además de que sufrieron con vómitos y otros malestares a causa del pánico creado por el temblor de tierra.
Todos fueron llevados a diferentes centros asistenciales, pero fueron despachados de inmediato cuando lograron estabilizarlos.
Personas desesperadas salieron de sus casas, escuelas públicas, colegios privados e iglesias, pensando que iba a pasar lo mismo que ocurrió en el 1946, que destruyó a la comunidad de Matancitas, de este municipio.
La presidenta de la Defensa Civil de esta provincia Minerva Santos, llamó a la población a tener calma, mientras el gobernador provincial, Ricardo Pichardo, también llamo a la población a mantener la calma, pero reconoce que todos sufrimos un susto.