Se apaga el croar de las ranas

<p>Se apaga el croar de las ranas</p>

POR STEPHEN LEAHY *
La extinción de anfibios en América Latina adquirió dimensiones alarmantes: 209 especies en Colombia y 198 en México están en peligro de desaparecer.

TORONTO.- Ranas y otros anfibios se extinguen rápidamente en todo el mundo, sobre todo en países de América Latina.  En el Caribe hasta 80 por ciento de especies está en peligro de desaparecer, mientras Colombia registra 209 especies amenazadas y México 198.

 La degradación ambiental, junto con la pérdida de hábitat, la radiación ultravioleta, las enfermedades y el cambio climático son todos factores involucrados en estas pérdidas sin precedentes.

Por lo menos 43 por ciento de los anfibios va en declive en el planeta. Se calcula que 170 ranas, sapos y salamandras pueden haberse extinguido en las últimas dos décadas.

«Los anfibios nos están diciendo que hay algo mal con nuestros ecosistemas», dijo a Tierramérica Robin Moore, encargado de Conservación de Anfibios en la no gubernamental Conservación Internacional, con sede en Estados Unidos.

Los anfibios tienen pieles muy porosas, que los vuelven más vulnerables a los cambios ambientales que los mamíferos, los pájaros y los reptiles. Algunos científicos los consideran una suerte de barómetro de la salud de la Tierra.

Según la Evaluación Anfibia Global, que analizó el estatus de los casi seis mil anfibios conocidos, la situación más acuciante tiene lugar en el Caribe, donde más de 80 por ciento de los anfibios están amenazados en República Dominicana, Cuba y Jamaica, y un sorprendente 92 por ciento en Haití.  Ecuador también registra un panorama preocupante con 163 especies amenazadas.

«Hay enormes cantidades de anfibios que ni siquiera conocemos», declaró Moore. Terminada en 2004, la Evaluación Anfibia Global es el mayor esfuerzo jamás hecho para determinar el estatus de los anfibios. Pese a este esfuerzo, regiones como América Latina pueden tener dos o tres veces más especies no descritas de anfibios que las científicamente reconocidas, dijo el experto.

Los anfibios son importantes particularmente en zonas tropicales, donde son tan numerosos que cumplen un rol esencial en el control de insectos causantes de enfermedades en humanos.

Varias especies de ranas son investigadas por su potencial medicinal. Durante mucho tiempo, las ranas venenosas (Dendrobatidae) proporcionaron a cazadores de América Central y del Sur una toxina que ahora es convertida en nuevos calmantes.

El año pasado, científicos y organizaciones conservacionistas exigieron crear una Alianza de Supervivencia de Anfibios, una red global para frenar la disminución de ejemplares antes que se extingan otros cientos.

El esfuerzo incluiría realizar investigaciones, programas de campo, cría en cautiverio y protección del hábitat. Insumiría cinco años y costaría 400 millones de dólares. Pero todavía tiene que despegar. La Alianza, que es coordinada por Conservación Internacional y el Grupo Especialista en Anfibios de la Comisión de Supervivencia de las Especies de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN), espera contratar a un director ejecutivo de tiempo completo en las próximas semanas.

«Recaudamos algún dinero, pero de ningún modo lo que se necesita», señaló Moore. Hace unos días expertos en anfibios reunidos en la sudoriental ciudad estadounidense de Atlanta llamaron a los zoológicos, acuarios y jardines botánicos del mundo a crear un Arca Anfibia.

Pidieron a las instituciones que ingresen por lo menos 500 ranas de una especie amenazada para protegerlas de hongos quitridiales, de impacto mortal en los anfibios. Cada rana será limpiada para asegurarse de no introducir esa enfermedad en el área protegida.

La organización calcula que completar el proyecto costará entre 400 y 500 millones de dólares.

La disminución de los anfibios es un problema mucho mayor que un hongo peligroso, según Alan Pounds, ecologista residente del Centro Científico Tropical de la Reserva Biológica Bosque Nuboso Monteverde, en Costa Rica.

«No hay evidencia sólida de que el hongo sea la única razón», dijo Pounds a Tierramérica.

La propia investigación de Pounds muestra que el cambio climático está afectando la ecología de las neblinosas laderas de montañas de América Central y del Sur y que precipitó una reducción de las coloridas ranas arlequín (Atelopus), dos tercios de cuyas más de 100 especies desaparecieron desde los años 80.

* Corresponsal de IPS.

Según Pounds, el cambio climático parece haber creado condiciones más favorables para la propagación del hongo quitridial, dado que, al aumentar las temperaturas, se potenció la capa de nubes que cubre las montañas, volviendo más frescos los días y más cálidas las noches.

Las ranas también son sensibles a los pesticidas, la mala calidad del agua, la lluvia ácida y otros contaminantes ambientales. Al agregarse el cambio climático, que altera procesos ecológicos complejos, incluyendo la dinámica de las enfermedades, habrá impactos a veces significativos sobre las especies.

«Parece sorprendente y escandaloso que las especies desaparezcan de reservas naturales aparentemente vírgenes. Pero no hay ningún lugar del planeta que sea virgen», expresó Pounds.

El alcance global y la variedad de los cambios ambientales hacen que a la ciencia le resulte muy difícil determinar exactamente por qué todos los miembros de una especie de ranas se extinguen tras vivir en la Tierra durante millones de años.

Se necesita con urgencia manejar mejor el hábitat, incluyendo una comprensión de lo que ocurre en los ecosistemas, junto con una acción sobre el deterioro ambiental y el cambio climático para enlentecer la pérdida de anfibios y otras especies, continuó Pounds.

«Deberíamos escuchar el mensaje de las ranas. Ellas nos advierten sobre el deterioro ambiental que amenaza a todas las especies y a nuestro propio bienestar», concluyó.

·  Corresponsal de IPS.

Mares peligrosos incluso para tiburones
Por FRANCESCA COLOMBO*
 En 15 años la población de escualos en las aguas de Europa se redujo 80 por ciento.  Unos 100 millones de ejemplares mueren al año víctimas del lucrativo mercado global de las aletas.

MILÁN.- Pese a que en el imaginario colectivo se asocian con la muerte, los tiburones son muy vulnerables, y algunas variedades están en riesgo de extinción.  De las 40 especies de tiburones que nadan en los mares de Europa, un tercio está amenazado por la pesca intensiva e ilegal, la deportiva y la caza accidental, según la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN).

Por esto, en los  últimos 15 años la población de estos escualos disminuyó 80 por ciento y 20 por ciento de las especies europeas están por pasar a la categoría de peligro crítico, denuncian organizaciones no gubernamentales (ONG) europeas.

«Los tiburones europeos corren graves riesgos. La sobreexplotación pesquera, la caza ilegal y el corte de la aletas son las causas de este descenso», explicó a Tierramérica Sonja Fordham, directora de políticas de Shark Alliance, una red de ONG que se dedica a la protección de los tiburones.

El Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés) recomienda no pescar las especies mielga (Squalus acanthias) y cailon (Lamma nasus), que nadan al noreste del Atlántico y son las más afectadas. La Unión Europea propuso incluirlas en el Apéndice de la II Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites, por su siglas en inglés).

«El problema es una combinación de la biología de estas especies y la pesca no regulada. No hay cuotas, ni límites, ni control. La presión pesquera sobre los tiburones es tan fuerte que sus poblaciones no pueden recuperarse. Se pescan más tiburones de los que nacen», dijo a Tierramérica la bióloga Rebeca Greenberg, de la no gubernamental Oceana, dedicada a la investigación y conservación de los océanos.

Los pescadores cazan estas y otras especies de tiburones para cercenar sus aletas. Después tiran sus cuerpos al agua. Las aletas se venden a buen precio en los mercados asiáticos y la demanda se incrementa a un ritmo anual de cinco por ciento.

En China, por ejemplo, hay unos 380 millones de consumidores para la famosa sopa de aleta de tiburón. En Hong Kong, esas aletas se cotizan a 131 dólares por kilogramo. En Corea y Tailandia, la sopa cuesta entre 150 y 200 dólares. La pesca para comercializar las aletas mata a 100 millones de escualos al año. Noventa por ciento de las aletas cortadas pertenecen a tiburones azules (Prionace glauca), cuya población disminuyó 60 por ciento en las costas del Atlántico. 

En 2004, la Unión Europea exportó más de 40 mil toneladas de carne de tiburón, que representa 40 por ciento de la exportación mundial total. España, que tiene la mayor flota de Europa, exporta anualmente a Asia entre dos y tres toneladas de aletas de tiburón, que equivalen a un millón de escualos.

Italia es el primer país europeo en la pesca de tiburones, con mil 61 toneladas (2004). Le siguen Turquía, con mil 18 toneladas y Grecia con 911.

«Si solamente se cortan las aletas están desperdiciando el resto. Los tiburones se usan para hacer dientes, collares, cosméticos, aceite, vitaminas», detalló Greenberg.

La caza accidental también constituye una amenaza para su supervivencia. Anualmente provoca la muerte de 100 mil tiburones en el Mediterráneo.

«Es un problema de los tiburones de todo el mundo. Están en riesgo de extinción por las capturas accidentales; generalmente terminan atrapados en las redes de los pescadores con los peces espada. No hay mucha información sobre este fenómeno», dijo a Tierramérica Marco Costantino, de la filial italiana del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés).

* Colaboradora de Tierramérica.

La carne de estos escualos se vende como si fuera «pescado fino» y termina en los platos de los europeos. También constituye una amenaza la caza deportiva de otras especies, como el tiburón mako (Isurus oxyrinchus).

La destrucción de su hábitat, su lenta madurez sexual –el tiburón blanco (Carcharodon carcharias) la alcanza a los nueve años y el sandbar (Carcharhinus plumbbeus) a los 25– y su baja reproducción también los ponen en peligro.

La mayoría de las especies de tiburones tienen entre una y cinco crías. El periodo de gestación va de nueve a 12 meses.

Los tiburones son carnívoros y depredadores; comen peces medianos, viejos o enfermos. Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la sobreexplotación produce cambios en la estructura genética de algunas de estas especies, acelerando sus etapas de crecimiento, ciclos de madurez reproductiva y la disminución de su tamaño natural.

Los escualos son más antiguos que los dinosaurios. Aparecieron en los océanos hace unos 400 millones de años. Pueden ser pequeños, como el tiburón pigmeo (Squaliolus laticaudus), de 25 centímetros de largo, o enormes como el tiburón ballena (Rhincodon typus), de 18 metros.

 

Anualmente se producen 100 ataques de tiburón, 30 de ellos mortales. Pero apenas cuatro de las 300 especies conocidas (tiburones toro, tigre, oceánico y blanco) atacaron a personas.

 

«Hay que cambiar la idea sobre los tiburones. Tienen la misma mala imagen que los lobos. Hace años se pensaba que los lobos mataban y eran un peligro para los hombres. Pero no es así. En el Mediterráneo, la posibilidad de un ataque de tiburón es casi inexistente», aseguró  a Tierramérica la bióloga marina Simona Clò, del Centro de Ambiente y Protección a Especies Marinas del Centro Turístico Estudiantil.
* Colaboradora de Tierramérica.

ECOBREVES
 Mexico Buscan vacuna contra el automóvil
En 2008 se conocerán los resultados de una investigación sobre la relación de dependencia de los habitantes con el automóvil en 50 zonas urbanas de México. El estudio, inédito en el país, definirá indicadores para medirla y sugerirá estrategias para combatirla. Lograr menos uso del automóvil, más movilización a pie y transporte público eficiente son los objetivos que mueven el estudio, explicó a Tierramérica su coordinador Salomón González, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). La investigación arrancó en 2006 y sus primeros hallazgos indican que las ciudades más grandes de México, como la capital, no son las que registran más dependencia hacia el automóvil, sino las medianas como varias fronterizas con Estados Unidos.

   «Forma urbana y movilidad: el automóvil, dependencia en las metrópolis mexicanas» es un estudio realizado por la UAM, la Universidad Autónoma de Nuevo León y el Centro de Estudios Mexicanos y del Caribe.

   En México circulan unos 15,5 millones de automóviles particulares y su tasa de crecimiento anual más que triplica a la de la población, que es de 1,44 por ciento.

  Brasil
Banano ofrece útiles fibras
RÍO DE JANEIRO.-
Estudiantes de la Universidad Estatal de Río de Janeiro (UERJ) aprovecharon el tallo del banano (Musa paradisíaca) para desarrollar el BananaPlac, un colorido laminado que puede revestir muebles, paredes y paneles de automóviles, entre otros, sustituyendo a la tradicional fórmica. “Se trata de un producto ecológico, cuyas materias primas, fibras y resina vegetales, son biodegradables y se prensan en frío, consumiendo poca energía”, declaró a Tierramérica Bernardo Ferracioli, socio de Fibra Design Sustentable, la empresa creada por los alumnos de la Escuela de Diseño Industrial de la UERJ que crearon el BananaPlac.

Además, se fomentará su producción en pequeñas plantas cooperativas, cumpliendo la función social de elevar el ingreso en comunidades productoras de banano, generalmente pobres.

La empresa desarrolla otros productos de fibras vegetales, como el compensado de pupuña (Bactris gasipaes), una palmera amazónica de la que se extrae el palmito.

  Argentina
Canje de heladeras
BUENOS AIRES.- El gobierno de Argentina otorgará en 2007 créditos y subsidios al consumidor para cambiar, durante los próximos tres años, viejas heladeras por nuevas de bajo consumo energético. La iniciativa, coordinada entre diversas áreas gubernamentales, apunta a hacer más eficiente el uso residencial de energía. Roberto Lenzi, presidente de la Cámara Argentina de Industrias de Refrigeración y Aire Acondicionado, aseguró a Tierramérica que los nuevos aparatos permiten economizar entre 20 y 30 por ciento de energía, y anticipó que el sector está invirtiendo para estar en condiciones de afrontar esa mayor demanda.  El «plan canje» prevé que los consumidores reciban un subsidio de 25 por ciento del valor del nuevo electrodoméstico, de mayor rendimiento y aislamiento térmico.

También habrá créditos para cubrir la diferencia.

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