Se avecina un tsunami

Se avecina un tsunami

Estamos camino hacia un túnel desconocido en las próximas elecciones generales si el PLD repite en su acción de gobernar el país, sólo el candidato del PRM nos ofrece la luz necesaria para llegar al final sin conflictos económicos. Un terremoto electoral sería otra solución, pero eso sería también un desastre para el pueblo dominicano, pero el desastre seguirá destruyendo el país, como lo hacen con los impuestos en RD.

Esperamos que nuestro pueblo acabe de darse cuenta de lo que se avecina, que no es nada bueno, porque el dinero va a faltar en grandes cantidades. ¡Qué Dios nos proteja!, porque el dinero procedente de futuras recaudaciones luce entre olas bravías y robos cotidianos. Un tsunami gigantesco nos arrasará sin podernos defender, necesariamente no sabremos qué hacer de seguir manejando las cosas del Estado los que están gobernando. Lo que nos espera es tétrico, quienes queden vivos después que la tormenta parezca disiparse, tendrán que tratar de construir una nueva República Dominicana. Por suerte, existe un candidato en la oposición, el Lic. Luis Abinader, que de ganar, trataría de organizar el país y reducir el desastre en que nos ha tocado vivir, pues nos anima que nuestro pueblo desde sus inicio ha sabido actuar con principios.

Lo importante es tener bien claro cómo se han de resolver los problemas, porque la opinión pública es olvidadiza y la intención del voto se ha vuelto loca. Y los medios de comunicación del país, hoy ensalza uno y mañana lo empalan. Nuestros comunicadores tienen mucho parecido con un tobogán cuesta abajo, y, además, son muy coquetos y volubles, son más puta, que la puta más prestigiosa. Sin embargo, en la forma más indolente seguimos viviendo de la fiesta electoral y nadie se preocupa por la gigantesca ola de robos y otras delincuencias, pues sigue premiando el pillaje y la mentira como si nadie estuviera al borde de inscribirse en una funeraria para hacer el último viaje. No existen reglas y los impuestos siguen subiendo legal e ilegalmente. Parece como si estuviéramos instalados dentro de la arbitrariedad y la mentira como símbolos, hemos construido hace más de quince años la normalidad y el escalofrío y vamos seguros, guiados por el PLD y sus mariachis, hacia la obediencia y la sumisión. ¡No faltaba más!

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