ISAOLYM MIESES
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América Latina es una región joven y como tal necesita impulsar y apoyar la esperanza. Lo reconocen los organismos internacionales que cuentan con el poder necesario para pensar e indicar el curso que debe seguir el mundo.

Lo reconoce la Organización de Estados Americanos (OEA), que la celebración de su XXXVIII Períodos Ordinario de Sesiones se concentró en esta creciente multitud. En toda la región, incluyendo el Caribe, 350 millones de personas, más del 67 % de la población, tiene menos de 35 años y aproximadamente 150 millones, el 20%, tiene entre 15 y 24 años.

Young Americas Buisness Trade (YABT) o Jóvenes Empresarios de las Américas es una respuesta a esta realidad surgida de la OEA con el objetivo de crear oportunidad para que los jóvenes generen empleo, creen empresas y puedan contribuir de manera positiva a la sociedad.

Según explicó Luís Viguria, director ejecutivo adjunto de esta organización, en YABT  se trabaja el liderazgo, entrenamiento,  promoción del uso de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) y, especialmente, la generación de alianza y acceso a recursos.

Explica que liderazgo implica que los jóvenes  generen empleo mediante la creación de empresas, que sepan interactuar, que conozcan cuáles son las necesidades y las realidades no sólo de su comunidad sino también de otras comunidades y otros países.

“Esto lo hacemos a través de un programa llamado “encuentro de liderazgo”, en el cual sentamos en la misma mesa representantes de la sociedad civil: sector público, sector privado, y organismos internacionales, con los jóvenes de diferentes zonas. El objetivo es que se conozcan, intercambien mejores prácticas y se fomente la generación de alianzas”.

Otro punto importante en el tema de liderazgo es el enfoque en la responsabilidad social empresarial. Es importante  crear conciencia desde el inicio de que hay que cuidar el medio ambiente,  proteger a los empleados, hay que tener buenas prácticas. También  que las contribuciones a la comunidad debe ser parte de la estrategia de negocio, es lo que marca la diferencia entre ser socialmente responsable y ser filántropo.

Entrenamiento
Como parte de la capacitación, la YABT implementa  un programa llamado laboratorios empresariales. “Con esto tratamos de corregir un pequeñito problema que tenemos en nuestros países. A veces nos lanzamos sin medir bien las consecuencias, sin hacer el estudio adecuado, y después estamos fuera del mercado sin dinero, desmotivados y molestos. Entonces tratamos de dar, a través de un programa integral de entrenamiento no sólo el enfoque práctico sino también las nociones teóricas necesarias para  un buen plan de negocio”.

Por otro lado, para emprender cualquier iniciativa se necesita dinero, y los jóvenes deben aprende  cómo acceder a esos fondos. “Por eso es que ponemos muchos énfasis en que aprendan qué tipo de herramientas financieras existen de manera formal y cómo acceder a ellas”.

En RD.  YABT está establecida en  casi todos los estados  de la OEA.

En la RD, esta iniciativa ya ha hecho un taller de laboratorios empresariales junto con la Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLODE) y con el Instituto de la Juventud. “Entrenamos personal de la Secretaría de la Juventud y jóvenes líderes para que ellos se vuelvan multiplicadores. Asimismo,  se está desarrollando un  programa de entrenamiento, con la Cooperación Técnica del Estado de Israel”.

En el país queda mucho por desarrollar. En cuanto a los resultados  globales de este programa, Viguria dice satisfecho que  ya se han producido empresarios multinacionales.

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Frágil juventud
Más de 11 millones de jóvenes vive bajo el nivel de extrema indigencia de 1 dólar diario en América Latina y el Caribe y el índice de desempleo entre los jóvenes es de 16%, tres veces más que en adultos. En la población joven de bajos ingresos esta cifra  se eleva al 30%.

Más de 30 millones de entre los 48 millones de jóvenes que están empleados lo están en el sector informal y en condiciones precarias. Esto significa que dos de cada tres jóvenes que trabajan lo hacen en sectores de baja productividad, con una baja o inexistente cobertura de seguridad social y sin contrato de trabajo.

Son los lo que más sufren el crimen y la violencia. Aparte de que son los principales protagonista, en especial los varones, de las pandillas, también son las principales víctimas. Las tasas de muestres causadas por lesiones en esta región, que alcanza a 27.7 por cada 100 mil habitantes, es mucho más alta y es la primera causa de muerte entre jóvenes de entre 15 y 29 años en donde llega a 83.2 y es aún más alta entre los jóvenes de los estratos medios y bajos, entre los cuales alcanza a más de 100 casos por cada 100 mil habitantes.