El pasado año  se puso en circulación el libro Se buscan realizadores para una Dominicana mejor, del sacerdote jesuita Santiago de la Fuente. El Padre  de la Fuente nació en Galicia, España, en 1938, y vino a la República Dominicana en 1963, a la edad de 25 años. Desde entonces ha residido en nuestro país, salvo algunas ausencias, dedicado al magisterio primero en el Colegio Loyola, luego en las universidades Católica de Santo Domingo y Pontificia Católica Madre y Maestra, así como en el Seminario Santo Tomás de Aquino, impartiendo diversas asignaturas, pero todas ellas con contenido social y teológico.

Esta obra recoge más de un centenar de artículos escritos en las dos últimas décadas por su autor y publicados muchos de ellos en HOY.

En sus páginas, el P. de la Fuente lanza duras críticas contra todos los que han permitido o fomentado que nuestro país esté inmerso en crisis recurrentes, o contra aquellos que han sacado provecho de esta situación.

Este enfoque crítico tiene un lado positivo, cuando al leer estos artículos descubrimos que lo que plantea el P. de la Fuente para revertir esta situación no es algo inalcanzable o imposible, sino simplemente que se produzca un cambio de actitud en los dominicanos, que se fomente una sociedad más justa y encaminada al fin común de buscar soluciones definitivas a los problemas más acuciantes de la nación.

Esta obra sacude la conciencia y lleva a pensar que con un poco de esfuerzo por cambiar de actitud, pueden mejorar las cosas, desde hacer más placentera la simple convivencia hasta ir corrigiendo la desigualdad social y económica que siempre nos ha caracterizado.  En resumen, que aún hay esperanza.

El libro contiene títulos tan sugerentes como “¿Aceptamos el precio del proyecto ‘Rep. Dominicana’, de Duarte?”, “Un pueblo que no se exige se condena a sí mismo”, “A demasiados ‘cristianos’ no les interesan las causas de la pobreza”, y otros muchos.

Además, está ilustrado con nueve “mini-posters cívicos”, que son frases o ideas dirigidas a motivarnos a ser partícipes de ese cambio esperado.

En la contraportada del libro, el escritor Juan Manuel Prida señala que “lo aquí expuesto es una invitación, una incitación a ser agentes activos y eficaces de ese cambio, de ese nuevo amanecer que espera por nosotros, si queremos que la luz brille con intensidad en la patria de Duarte”.