Se cae investigación agropecuaria por carencia de recursos del IDIAF

Se cae investigación agropecuaria por carencia de recursos del IDIAF

La investigación científica en materia agropecuaria y las transferencias tecnológicas que se requieren para que el país fortalezca su capacidad productiva se encuentran en un limbo, debido a que el organismo llamado a realizar esas tareas padece una asfixia económica.
Así consta en un documento elaborado por 30 investigadores agropecuarios adscritos al Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IDIAF), quienes advierten sobre los riegos de la seguridad alimentaria y la pérdida de competitividad del país en materia de exportación.
“En la actividad agrícola no puede surgir un proceso de transformación productiva innovadora, ni escalamientos tecnológicos significativos que provoquen altos niveles de productividad, sin el soporte eficiente de los actores especializados en la generación y transferencia de tecnologías.
“Ese soporte no puede existir sin un sistema sólido de investigación y extensión, lo cual requiere inversiones suficientes y sostenidas”, refiere el informe.
Pero en la práctica, según el documento, el IDIAF es inoperante porque se le hace prácticamente imposible ejecutar proyectos de investigación y transferencia de tecnologías, pues la mayor parte del presupuesto se utiliza para pago de nómina y gastos corrientes.
Para entender la estrechez económica de la institución basta con señalar que de 2007 a 2017 su presupuesto apenas se incrementó en 32 %, mientras el presupuesto nacional aumentó en 142%.
El presupuesto asignado este año al IDIAF asciende a RD$212,818,372.00, según los datos que aparecen en su portal electrónico.
En el documento se señala que la situación se agrava más porque el Consejo Nacional de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (CONIAF), que es una de sus principales fuentes de financiamiento, también carece de recursos.
Ante las limitaciones presupuestarias, el personal del IDIAF con más calificación ha migrado al sector privado.
“Lamentablemente, muchos de los que emigran fueron formados durante varios años, dentro y fuera del país, a nivel de posgrado en distintas especialidades, siendo muy difícil la recuperación de personal con calificaciones similares.
“Se conoce que investigadores que han realizado estudios de maestría y doctorado fuera del país solo esperan cumplir con los requisitos contractuales de permanencia en la institución para emigrar”.
Duplicidad de funciones. Otra situación que preocupa al IDIAF es que el Ministerio de Agricultura haya creado unidades de investigación paralelas, como si tratara de desarticular al organismo.
“Esta situación llama aún más la atención porque el ministro de Agricultura es quien preside la junta directiva del IDIAF, y es el rector de la política agropecuaria y forestal. En ese sentido, se esperaría que desde la junta se contribuya a fortalecer al instituto para que cumpla su misión”.
La exportación agrícola, un reto. Los investigadores que firman este documento indican que las exportaciones agropecuarias representan el 8% de total de exportaciones dominicanas, según las cifras del 2015 del Banco Central.
En ese contexto plantean que desarrollar el potencial exportador agropecuario es un tema relacionado con el mejoramiento de la competitividad de productos tradicionales y no tradicionales.
“¿Será posible un aumento de la competitividad de productos agropecuarios sin el soporte de la investigación y transferencia de tecnologías?”, se preguntan.
Desde esa perspectiva explican que mejorar la competitividad supone cambios tecnológicos, culturales y organizacionales sustantivos en la estructura de producción agropecuaria, que van atados a la investigación científica.
“No es posible mejorar la competitividad de los productos agropecuarios y forestales dominicanos sin una plataforma pública eficiente de investigación, transferencia y extensión de tecnologías, sobre todo cuando se trata del escalamiento tecnológico en sistemas de agricultura familiar”, afirman.
Asimismo advierten que la incursión en los mercados internacionales demanda la producción de alimentos de alta calidad e inocuidad, lo cual solo es posible con una plataforma de investigación científica.
“Paradójicamente, en el país existen profesionales con capacidades para asumir esos desafíos, que las instancias rectoras del sector subvaloran, subutilizan o simplemente ignoran.
“Pareciera que se otorga mayor importancia a las importaciones de insumos y productos agropecuarios que al fortalecimiento del aparato productivo nacional para colocarlo en mejor posición de competitividad en los mercados internacionales”.
Un mal que se replica. El documento también expresa que la trayectoria del IDIAF es el reflejo de lo que ocurre en el sector agropecuario dominicano.
“En los últimos 10 años no hay indicación de un cambio sustantivo que atribuya a la agropecuaria un rol fundamental en el desarrollo dominicano.
“Contrario a lo que parece, el sector agropecuario ha perdido dinamismo. De 2009 a 2016 (referenciado 2007) la tasa de crecimiento del valor agregado agropecuario muestra una notable declinación (de 10.2 a 1.2 %), que contrasta con el dinamismo del valor agregado nacional”.
Los firmantes del documento. Entre los firmantes se citan a Alejandro María Núñez, Aridio Pérez, Benjamín D. Toral, Carmen Vargas Victoriano, César Augusto Martínez, Colmar Serra, Diógenes Castillo, Domingo Rengifo, Elpidio Avilés Quezada, Francisco Jiménez, Frank Félix Olivares, Glenny López-Rodríguez.
Ignacio Saturnino Batista, Isidro Almonte, José Alfredo López, José Francisco de la Cruz, José Luis González, José Miguel Romero, Juan Valdez, Julio Morrobel, Leocadia Sánchez, Marisol Ventura, entre otros.

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