Se cambia lo que no funciona

Se cambia lo que no funciona

Para que un modelo económico sea eficiente, debe aumentar el ingreso de la población al tiempo reducir el número de pobres; es el indicativo de que la riqueza se ha repartido de manera equitativa entre capital y trabajo. Los requisitos no se cumplen en la economía dominicana; las estadísticas de los años 2005-2010 refieren un crecimiento del PIB per cápita real que ha promediado 4%, pero en lugar de reducirse como ha sucedido en otros países, ha aumentado en 800 mil el número de personas viviendo por debajo de esa línea, pasando de 2.5 millones en el 2001 a 3.3 millones en el 2010.

Lo terrible es que los nuevos pobres deberán pagar la deuda pública de US$22 mil millones que dejarán Leonel Fernández y el PLD; es decir, lo que les espera es la pobreza extrema, si es que no se cambia el actual modelo defendido por el gobierno, a pesar de estudios recientes que claramente hablan de su fracaso.

El gobierno pretendía que profesores de la Universidad de Harvard le dieran su bendición, pero lo que recibió fue una crítica contundente; calificaron el modelo de insostenible y costoso socialmente, porque se apoya en déficits del presupuesto, del sector externo y en endeudamientos públicos. Afirman que no ha dejado beneficios permanentes, citan que el 75% de los puestos de trabajos creados son informales, improductivos y temporales, que las telecomunicaciones, triplicando su valor agregado, no llegaron a crear ni siquiera siete mil nuevos empleos en los años 2004-2009.

Los hallazgos de Harvard los hemos discutido en esta columna en los últimos tiempos; por ejemplo, sostienen que el modelo crecimiento del gobierno había abierto una brecha en la balanza de pagos que hacía muy difícil sobrellevar sin la presencia del FMI. Es cierto, Leonel Fernández nunca ha gobernado solo, en este momento arrastra los pies en materia de gestión pública, para sobrevivir necesita los recursos financieros y la asesoría técnica del Organismo Internacional, lo que es una verdadera vergüenza, porque en América Latina ni en el mundo se conoce otro caso que se pueda citar de dependencia tan prolongada.

El gobierno de Hipólito Mejía y del PRD estará comprometido con la producción y el empleo productivo, que es lo mismo decir con la meta de reducir la pobreza de manera significativa. Para lograrlo, se pondrán en marcha políticas públicas, destinadas a mejorar la rentabilidad de los productos del campo y reducir el costo medio de producción de la industria, un resultado de su reestructuración, es decir, se iniciará el proceso de cambio de la estructura productiva de la economía.

El Presidente Hipólito Mejía no es como Leonel Fernández, quien dice estar satisfecho con un crecimiento que mantiene congelado en 20% las exportaciones respecto al tamaño de la economía. La meta será crecer sobre 5% pero duplicando ese porcentaje, para que podamos decir que tenemos un país que produce para exportar, sustituir importaciones y que crea puestos de trabajo productivos. Cambiará el modelo de Leonel Fernández y el PLD, que claramente está siendo rechazado por un pueblo que solo espera las elecciones del 2012 para sepultarlos políticamente.

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