Luxemburgo. El príncipe Guillermo de Luxemburgo y su prometida, la condesa Stéphanie de Lannoy,  se dieron el sí quiero  el pasado sábado en la Catedral de Nuestra Señora, en una ceremonia religiosa en la que se congregaron las casas reales reinantes y no reinantes de todo el mundo.

La novia llegó sonriente y puntual a bordo de un automóvil Daimler DS 420 de color azul, comprado por la Familia Gran Ducal. Stéphanie entró a la catedral de la mano de su hermano mayor y heredero al título de Conde de Lannoy, Jehan, y al llegar al altar besó a su padre. Eligió  un vestido clásico de color champán del diseñador Elie Saab con velo de 5 metros de tul y una tiara de 260 brillantes que pertenece a la familia de la novia y es obra de la firma Althenloh de Bruselas.