POR FERNANDO QUIROZ
Cuarenta y cinco años después, muy próximo al lugar donde mataron al dictador Rafael Trujillo, en el Monumento de los Héroes del 30 de Mayo, se conmemoró ayer el Día de la Libertad, con la asistencia de héroes nacionales, familiares de las víctimas del régimen dictatorial y representantes de fundaciones patrióticas.

Durante la conmemoración, la Fundación Héroes del 30 de Mayo propuso la introducción de la figura del referéndum (consulta popular) en la reforma constitucional que comenzó a discutirse, para evitar cualquier intento futuro de dictadura.  

“¿Yo, arrepentido? ¡Nunca me puedo arrepentir, nunca!, porque cuando uno contribuye a la libertad de su país se siente feliz. Me siento feliz de haber participado en ese hecho histórico”, expresó el mayor general vitalicio Antonio Imbert Barreras, único sobreviviente de los ajusticiadores del tirano.

Llamó a la presente y nuevas generaciones a no dejar que se origine algo similar a ese régimen.

“Pelear, si hay que pelear, dar su vida, si hay que darla, pero el país tiene que ser libre y soberano”, dijo Imbert Barreras a los periodistas.

Sostuvo que esa dictadura surgió porque se le dio la oportunidad y que “la cosa hay que agarrarla con tiempo, porque todo se puede hacer, ya que nosotros lo hicimos”.

“Yo no creo”, respondió a la pregunta de si creía posible que surja otra dictadura en el país.

“¿Para qué están ustedes? Ustedes son los responsables, ya nosotros hicimos lo de nosotros?”, sostuvo.

En tanto, Poncio Pou Saleta y el cubano Delio Gómez Ochoa, líderes de la expedición del 14 de junio del 1959, que vino desde Cuba a luchar contra la dictadura trujillista, resaltaron la libertad alcanzada por el pueblo dominicano, pero criticaron que las transformaciones sean lentas y que aún los pobres sean muchos.

CONMEMORACIÓN

Para el acto de conmemoración del 45 aniversario del ajusticiamiento de Trujillo fueron habilitadas carpas y una tarima y se ondearon 9 réplicas de la Bandera Nacional en el Monumento de los Héroes del 30 de Mayo.

Hubo un intenso sol y decenas de personas asistentes escucharon sentados el discurso del presidente de la Fundación, Eduardo Díaz, quien hizo la propuesta de introducir el referéndum a la democracia dominicana.

Con ello se lograría, sostuvo, darle la oportunidad al pueblo de decidir de manera directa en grandes temas nacionales y evitar que las reformas a la Constitución favorezcan a las minorías, al Presidente o al partido de turno.

Hubo aplausos en honor a los héroes fusilados por la secuela de la dictadura. Las banderas izadas para la ocasión eran templadas por el viento y detrás, las aguas tranquilas y limpias del mar mantenían un  suave, ondulado y rítmico movimiento.

Fue reconocida la Secretaría de Cultura por sus aportes a las gestas históricas con su programa Memoria para el Olvido. El secretario, José Rafael Lantigua, dio las gracias.

Artistas plásticos bordearon el lugar con sus obras de arte frescas, transmitiendo episodios sangrientos por las torturas y crímenes del régimen;  así como de libertad, por la radiante luz del sol.

El Ballet Clásico Nacional, dirigido por Mónika Despradel, interpretó la pieza La Bandera.

Primero, las bailarinas, con largos vestidos en colores azul, rojo y blanco, como la Bandera Nacional, llevaban sus movimientos sin música, como el silencio de la oprobiosa “Era del Jefe” y finalizaron con música, entre ellas notas del Himno Nacional, en apertura a la luz de la libertad.

Para iniciar y finalizar el acto, la soprano Ivonne Haza interpretó el Himno Nacional.