VIRGILIO ALVAREZ BONILLA
¡Por fin¡, se consumó el abrazo del oso, los reformistas de la franquicia irán aliados a sus rivales eternos los perredeistas, ¡que bueno!, los electores dominicanos sobre todo los afiliados y simpatizantes del PRD, podrán votar por candidatos reformistas y algunos que otros balagueristas , que de seguro les enseñarán como se gobierna y como se legisla. Buena falta les hace a muchos de los propiciadores de esta mezcla de sapo y cacata incrustado en el pepeachismo, aprender algo de lo que pueda quedarle al flamante grupo de reformista que participará en este acuerdo absurdo que sólo puede contribuir a precipitar la desaparición del partido de Joaquín Balaguer.

La lista de candidatos, por lo menos a senadores, no puede ser más significativa. Buena parte de ellos no tendrían ninguna oportunidad de aparecer en una boleta electoral si la misma fuera expuesta a la consideración de un proceso democrático interno. Por supuesto éstos cuentan con la posibilidad de un voto ajeno para conseguir sus objetivos siempre muy particulares. De igual modo piensan, que buena parte de la campaña que tendrán que realizar, les será costeada por sus nuevos socios en esta aventura electoral. Todo este sueño, se derrumbará con el devenir de los próximos días, cuando afloren las realidades. Nada es más real en política que la consciencia creada, y esa consciencia no conduce a que un partidario leal a sus símbolos y a su historia, ofrezca complaciente su voto a alguien extraño a sus costumbres partidarias. Por otra parte el elector conoce muy bien, la trayectoria de muchos de los integrantes en la boleta rosada, y sabrán rechazar este intento de «colarse» como ratón de bodega tras el trigo fresco.

De las diez senadurías obsequiadas por el PPH al reformismo de franquicia, dos la de la las provincias La Altagracia y San Pedro de Macorís pertenecen desde hace tiempo a los titulares de esos cúrales, por lo que no se pueden considerar como parte del arreglo, una más la de Elías Piña tiene buenas posibilidades de triunfo, por el trabajo que allí viene realizando el aspirante al cargo. En las demás las posibilidades son escasas ya que en las mismas los aspirantes se enfrentaran a dos grandes problemas, la fortaleza del grupo oficialista en la mayoría de esas localidades y el poco entusiasmo que despierta en los electores hasta de los propios partidos envueltos en el acuerdo las candidaturas ofertadas… Por supuesto, éstos aspirantes a representar el reformismo de franquicia en el Senado, cuentan con el arrastre que podían impulsarle algunas candidaturas a diputados ligadas a la boleta, pero cabe la pregunta, ¿el elector dará su voto complacidamente al diputado aunque fuere de su simpatía a sabiendas de que está votando por una persona con la cual no tiene ningún vínculo partidario y que por demás no es de su agrado?, Creemos que el cálculo hecho en éste sentido no fraguará, por el contrario coincidimos con algunos altos dirigentes de ese lado del reformismo, en el sentido de que se podría generar una fuerte abstención de parte de los simpatizantes de los partidos ligados al acuerdo.

En definitiva, este engendro nacido de la componenda de grupos actualmente dominantes en al en los partidos envueltos, no recibirá el apoyo electoral que sus auspiciantes esperan. El electorado nacional que se interese por las propuestas en estas elecciones de término medio, tiene como meta principal lograr un cambio radical en la composición del Congreso y los Ayuntamientos, ello así porque conoce perfectamente los resultados obtenidos con anterioridad, además de estar bien consciente de que el acuerdo «rosado» no es más que el resultado de una negociación particular donde los pocos beneficios que de él pudieran derivarse son personales que se traducen en el mantenimiento de posiciones logradas no siempre dentro de los lineamientos más legítimos. Falta saber, en lo que respecta al reformismo, si la anunciada asamblea de las bases, ratificará este arroz con mango, o por el contrario decidirá soberanamente que es preferible preservar lo que queda del reformismo y orientarlo a una vida independiente que pueda servir para reencontrar su propia identidad ajena a la que parte de sus dirigentes están propiciándole.