¿Se contagia el Alzheimer?

¿Se contagia el Alzheimer?

Una respuesta inmediata a esta pregunta debe ser respondida con un no, esta enfermedad degenerativa del cerebro no es contagiosa, pero no puede este “no” ser tan rotundo como uno quisiera, y por ello la razón de este “conversatorio” dominical con mis siempre amables e inteligentes lectores. Mañana lunes se celebra el “Día Mundial del Alzheimer”, por tal razón y por pertenecer nosotros al grupo de asesores de la Asociación Dominicana de Alzheimer, hemos querido tratar el tema para ayudar a clarificar este concepto.

Una publicación del pasado jueves, en la prestigiosa revista científica “Nature”, un grupo de neurocientistas ingleses planteó la posibilidad de que esta enfermedad de la memoria pudiera transmitirse por procedimientos médicos contaminados. En dicha investigación ellos señalan que fragmentos de proteínas alteradas de las neuronas dañadas por esta enfermedad demenciante, pudieran dar origen a algunos casos de Alzheimer por transferencia directa de tejido neuronal.

Desde hace unos años se había demostrado la transmisión por los priones, que son unas pequeñas proteínas deformes que se replican en las proteínas normales de las neuronas sanas, alterando su metabolismo provocando enfermedades felizmente raras como las vacas locas o el Kuru, encefalopatías con muy alta mortalidad. Entre las autoridades mundiales en este campo está el inglés John Collinge, neurocientífico del University College of London, quien junto a otros colegas de su entidad el Hospital Queen Square, institución que tiene para mí rebites de nostalgia, pues ahí nos formamos nosotros en este campo neurológico. Presentaron un estudio de los cerebros con autopsias, en ocho pacientes que murieron por la enfermedad de las vacas locas (CFJ). Estos pacientes habían sido tratados con una medicación el factor del crecimiento, esta antes se extraía de la pituitaria de cadáveres humanos.

Como un encuentro sorpresivo encontraron que seis de esos cerebros tenían las llamadas placas amiloides. Estas son unas proteínas anormales que se consideran una de las causas principales en la producción del Alzheimer. Se trata de una estructura proteica que fue descrita en el 1984 por Glenner y Wong. Las proteínas son el “cemento” que sustenta las neuronas, que de manera lógica al alterarse ese soporte las neuronas (células cerebrales) se deterioran y mueren. Pero noten ustedes, algo que deseamos enfatizar, que este es un encuentro casual en personas que habían consumido proteínas de cadáveres humanos, que no fue por un contagio directo por los fluidos (saliva, orina, heces, etc.) Ni mucho menos por cuidar o estar junto a los pacientes de esta tan triste realidad médica.

El Alzheimer es un proceso neurodegenerativo devastador, con un declive progresivo de las funciones cognitivas, que se inicia de manera insidiosa hasta la completa pérdida de la memoria, con desconexión y pérdida final de las vitales funciones mentales. Toda esta sintomatología la hace ser una de las entidades médicas más dolorosas, le cambian a usted su ser querido por una masa amorfa de carne y hueso.

El estudio ha revivido críticas, primero por ser un estudio longitudinal y muy pequeña la muestra estudiada. Ellos los autores, han señalado con gran responsabilidad que este es un encuentro que amerita otros seguimientos más completos. Sabemos que desde los 20 o 30 años las mencionadas placas beta amiloides y los ovillos de neurofibrillas pueden estar presentes en nuestros cerebros, que son los encuentros principales en la patología de la enfermedad de la memoria, sin que necesariamente se padezca el temido “alemán”. Concluimos entonces, que la enfermedad de Alzheimer, no es contagiosa.

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