La enfermedad periodontal afecta todos los tejidos de soporte y que están alrededor de los dientes; esta y la caries dental son las enfermedades más comunes de la cavidad oral.
Lamentablemente afecta toda la población y cada vez es mayor el porcentaje de niños, adolescentes y jóvenes afectados de esta enfermedad que en décadas anteriores era más común en adultos.
Hay factores que la predisponen: sida, tabaquismo, fuertes cambios hormonales, diabetes, medicamentos… sin embargo es necesario la presencia de la placa bacteriana o biofilm para que la misma se desarrolle.
Los signos y síntomas que le sirven de alerta al paciente para pensar que padece de enfermedad periodontal son: halitosis, cambio de coloración y tamaño de la encía, supuración, sensación de dientes más grandes, encías sensibles o con sangrado espontáneo, retracción gingival y movilidad dentaria.
Los tratamientos que se pueden realizar y que amerita un paciente periodontal son múltiples: desde una simple limpieza o profilaxis hasta un injerto óseo de tejido blando.
Cuando la enfermedad periodontal está en un estadio avanzado, el paciente necesita de varias citas con el periodoncista. A diferencia de una caries, donde el dentista remueve el tejido cariado, prepara la cavidad y luego coloca la obturación o empaste, la periodoncia requiere tiempo y respuesta tisular, en muchas ocasiones trabajando en la misma zona.
Generalmente el tratamiento periodontal se realiza por cuadrantes, dividiendo la boca en cuatro a partir de la línea media, dos superiores y dos inferiores.
Los tratamientos periodontales se apoyan en estudios radiográficos, fármacos, correcta higiene y sana alimentación, y van desde una simple profilaxis, destartraje supragingival (tártaro encima de las encías), destartraje subgingival (tártaro debajo de la encía), alisado radicular (acondicionar la raíz para la reinserción del tejido blando) cirugía o colgajo periodontal (en caso de defectos óseos, pérdida irregular de hueso, pérdida ósea significativa, periodontitis muy agresivas…) injertos óseos y de membranas, entre otros.
El proceso de tratamiento es largo, sin embargo la mejoría es rápida. Bajo ningún concepto el paciente debe abandonarlo, por el contrario, su cooperación es de vital importancia para ganarle la batalla a la enfermedad periodontal. Es importante recalcar: si existe una correcta higiene oral, no se forma placa bacteriana y sin esta no hay enfermedad periodontal, por lo tanto, un cepillo dental de filamentos suaves, puntas redondeadas, mango ergonómico y que la parte activa llegue a todas las superficies es un aliado perfecto, así como un hilo dental de buena calidad y enjuague oral con clorhexidina y sin alcohol.