TRIPOLI, Líbano (AP) — Un nuevo intento de cese del fuego se desplomó ayer martes en el tercer día consecutivo de fieros combates entre el ejército libanés y milicianos islámicos en un campamento de refugiados palestinos. 

El gobierno libanés ordenó al ejército que acabe con los militantes de Fatá Islam atrincherados en el campamento de refugiados de Nahr el-Bared, en el norte del país, donde los combates estallaron el domingo. Al menos 50 combatientes habían muerto desde el inicio de las acciones.

 Palestinos furiosos quemaron neumáticos en otros dos campamentos, en un indicio de que los problemas pudieran extenderse a otras partes del Líbano.  Un convoy de la ONU que llevaba suministros humanitarios fue alcanzado por proyectiles cuando intentaba entrar a Nahr el-Bared, y al parecer hubo víctimas, dijo un funcionario de la organización.

 Una camioneta y un camión cisterna fueron alcanzados por fuego cruzado entre el ejército libanés y los combatientes del grupo extremista islámico Fatá Islam, dijo la fuente.  Dijo que por lo menos hubo una baja, y que no podía precisar de dónde vinieron los disparos.

“No pudimos distribuir nada de la ayuda humanitaria”, dijo.  Columnas de humo negro podían verse en el área luego de los duelos artilleros el martes en este campamento, ubicado en las afueras del puerto de Trípoli, la segunda mayor ciudad libanesa.  No se pudo llevar al campamento suministros de ayuda, y la Agencia de Socorro de la ONU pasó trabajos para evacuar a uno de sus empleados, un palestino herido el lunes, dijo Taleb al-Salhani, de la agencia.

 El ejército libanés inicialmente impidió que seis camiones con ayuda, incluyendo la camioneta y el camión cisterna, ingresasen al campamento, a causa de la violencia. Pero más adelante se permitió al convoy que entrase durante un cese del fuego.

 El vocero de Fatá Islam Abu Salim Taha dijo a The Asasociated Press que el grupo había declarado unilateralmente la tregua “para acabar con la muerte de niños y ancianos”.  Reportes comenzaron a salir del campamento sobre la destrucción causada por tres días de ataques.

Un funcionario de la ONU para refugiados dijo que se pensaba que decenas de edificios habían quedado demolidos, algunos con residentes atrapados adentro.  “Hay muertos y heridos en la calle, dentro del campamento”, gritó una mujer libanesa, Amina Alameddine, que salió llorando de su casa al borde del campamento. La mujer huyó con su hija y otros cuatro familiares luego que combatientes de Fatá Islam comenzasen a disparar desde el techo de su casa.  El gobierno libanés parece determinado a acabar con los extremistas islámicos que han lanzado ataques contra tropas del ejército desde el domingo, matando a 29 soldados.