Se diluye posibilidad de diálogo entre EU e Irán

Se diluye posibilidad de diálogo entre EU e Irán

CHARM EL CHEIJ, Egipto (AFP).- Irán acusó ayer, viernes, a Estados Unidos de “terrorismo” en Irak, unos comentarios que deslucieron la conferencia internacional sobre Irak de Charm el Cheij (Egipto) y echaron un jarro de agua fría sobre la esperanza de un rápido acercamiento entre Washington y Teherán.

En su comunicado final, los participantes en la conferencia —los Estados vecinos de Irak y representantes de la comunidad internacional— se comprometieron a respetar “el principio de no injerencia en los asuntos internos de Irak” y “la obligación de todos los países a luchar” contra el terrorismo.

Sin embargo, antes de esa declaración final, el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Manuchehr Mottaki, acusó a Estados Unidos de perpetrar actos de “terrorismo” en Irak y de tener planes de “atacar” a sus vecinos. Mottaki echó así un jarro de agua fría a la esperanza de una reanudación del diálogo entre Estados Unidos e Irán, cuyas relaciones están oficialmente rotas desde 1980.

En la conferencia de Charm el Cheij participan 60 países y organizaciones internacionales, entre ellos Irán, Siria, Arabia Saudita, Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y la ONU.

Al margen de este encuentro, expertos iraníes se reunieron este viernes con sus colegas estadounidenses, según confirmó el jefe de la diplomacia iraquí, Hoshyar Zebari, en una conferencia de prensa.

Sin embargo, una rumoreada reunión entre la secretaria estadounidense de Estado, Condoleezza Rice, y Mottaki, no tuvo lugar. Los cancilleres ‘rivales’ sólo protagonizaron un breve intercambio de frases de cortesía el jueves.

El embajador de Estados Unidos en Bagdad, Ryan Crocker, confirmó que se había encontrado con un viceministro de Relaciones Exteriores iraní, aunque restó importancia al encuentro: “Fue muy limitado, muy corto y fue sobre Irak”. Con Siria, el otro gran enemigo de Estados Unidos, las cosas resultaron un poco mejor. También el jueves, Rice se entrevistó durante media hora con su homólogo sirio, Walid Muallem, en su primer encuentro desde enero de 2004.

En esa reunión, la jefa de la diplomacia de Washington reiteró a su homólogo sirio “el problema de los combatientes extranjeros que causan la mayoría de los atentados suicidas en Irak”.

Estados Unidos acusa a Siria de no hacer lo suficiente para impedir la infiltración de insurgentes en suelo iraquí a través de sus fronteras. Además, acusa a Siria e Irán de atizar la violencia en Irak financiando a los rebeldes sunitas y a las milicias chiitas, respectivamente.

El jueves, la jefa de la diplomacia británica, Margaret Beckett, se entrevistó durante media hora con Mottaki, la primera reunión entre ambos países desde la crisis de los marinos británicos, hace un mes.

Sobre el tema central de la conferencia, es decir, el futuro y la reconstrucción de Irak, los responsables iraquíes y los representantes de la comunidad internacional, animados por una flexibilización de la política estadounidense en Oriente Medio, exhortaron a los vecinos del país a ayudar en la lucha contra la violencia endémica.

“No permitiremos a las organizaciones terroristas considerar que el territorio iraquí es un lugar seguro para ellas”, declaró el primer ministro iraquí, Nuri Al Maliki, en Charm el Cheij.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, tomó también la palabra para presionar a los participantes a “hacer (su) parte de trabajo” en lo que respecta a “la denuncia de la violencia confesional en Irak, el fortalecimiento de los intercambios bilaterales en la región y fomentar el diálogo nacional en Irak”.

En su comunicado final, los participantes en la conferencia reiteraron su llamamiento “a impedir el tránsito de terroristas y armas hacia y desde Irak”, al tiempo que subrayaron “la importancia de reforzar la cooperación entre Irak y sus países vecinos para controlar sus fronteras comunes”.

Además, pidieron que se apoye la transferencia de responsabilidad en materia de seguridad a las fuerzas armadas iraquíes.

El jueves, los participantes adoptaron un plan quinquenal para salvar económicamente a Irak y prometieron condonar unos 30.000 millones de dólares de su deuda.

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