Las amenazas a periodistas se han duplicado en Colombia desde la firma del Acuerdo de Paz con la antigua guerrilla de las FARC, en noviembre de 2016, informó ayer la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP).
El aumento de la violencia ha configurado “zonas vedadas a la información” en los territorios en disputa por grupos armados que buscan el dominio del negocio del narcotráfico y otras economías ilegales, señala el informe “Callar y fingir. La censura de siempre» que presentó la FLIP en Bogotá, con motivo del día del periodista que se celebró ayer. “En el último año se ha visto de forma muy clara la decisión de los medios nacionales de no enviar a sus reporteros” a las zonas más calientes del territorio y “los periodistas locales se han vuelto más vulnerables”, explicó el coordinador del Centro de Estudios de Libertad de Expresión de la FLIP, Jonathan Bock Ruiz.
El estudio de la FLIP dio cuenta de 519 ataques a la prensa en el país en 2019, de los que 131 fueron amenazas, cuatro secuestros y dos asesinatos, los de los periodistas Mauricio Lezama y Libardo Montenegro que trabajaban en proyectos sobre paz y memoria.