Se enseñan en los primeros años de vida del niño

Se enseñan en los primeros años de vida del niño

Hay un principio bíblico que dice: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”. Este es el consejo del sabio Salomón para los padres.
Esto implica que desde su temprana edad, el niño es capaz de interiorizar los principios y valores de la familia y estos permanecerán como su regla de conducta durante toda su vida.
Por esta razón, debemos aprovechar los primeros años de nuestros niños para enseñarle buenos valores, ya que estos serán interiorizados en el superyó y se constituirán en una guía o regla de conducta.
Modelemos y enseñemos los valores a nuestros niños. Un niño que respeta a los demás, será más fácilmente respetado. Pero recordemos que antes de enseñar valores a nuestra familia, es imprescindible que los practiquemos nosotros. No podemos exigir a nuestros niños que hagan algo que nosotros no vivimos.
Primer valor: el valor de la vida. La vida es sagrada. Es un tesoro que cada ser humano recibe y ningún bien material está por encima de ella. Nada debe valorarse más que la vida humana. No existe justificación alguna para tocar la integridad o la vida de ningún ser humano. El respeto por la vida es el valor fundamental de nuestra convivencia en sociedad. Enseñemos a nuestros niños a respetar y valorar la vida humana.
Segundo valor: respeto. Este es la base de los valores, pues nos ayuda a aceptar el valor propio y los derechos de las demás personas; nos ayuda a convivir en paz. Enseñemos en nuestra familia el respeto a los padres, el respeto hacia los demás miembros de la familia; no sólo a su persona, sino también a sus opiniones y sentimientos, a sus pertenencias, a su privacidad, a sus decisiones, estas, por supuesto, adecuadas a la edad de cada quien; enseñemos el respeto a los maestros, a las autoridades, a los padres de la patria y los valores patrios y a la naturaleza, entre otros. Es en la familia donde el niño aprende que tanto él o ella como sus ideas y sentimientos merecen respeto y son valorados.
Debemos enseñarles el respeto a todo ser humano sin importar su edad, su condición, su religión y su estrato social.
Tercer valor: obediencia. Debemos enseñar a nuestros niños a ser obedientes y explicarles por qué es necesario que hagan lo que se les pide.
Los niños necesitan saber qué esperamos de ellos. Es necesario establecerles reglas y límites claros, para que puedan entender y obedecer.
Cuarto valor: agradecimiento. Esto significa apreciar lo que otros hacen por nosotros. Debemos enseñar a nuestros niños a ser agradecidos en todo lo que se les puede dar, a no menospreciar lo que tenemos, sino a dar gracias por ello. Las personas que hacen de esta actitud un hábito de vida se sienten más saludables, optimistas y felices.
Quinto valor: responsabilidad. Para que una persona pueda ser responsable tiene que ser consciente de sus deberes y obligaciones. Es de gran importancia que los niños tengan sus responsabilidades y obligaciones muy claras. El niño debe tener claro que su responsabilidad es esforzarse en sus estudios, que debe poner el mayor empeño en esta actividad.

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