ATLANTA, EEUU (AFP).- La Policía estadounidense detuvo este sábado al hombre sospechoso de matar a tiros a un juez y a dos funcionarios judiciales el viernes por la mañana en un tribunal de Atlanta (sureste), e investigan si mató a una cuarta persona antes de su arresto.
Brian Nichols, de 33 años de edad, sacó «una bandera blanca o una camiseta», y se entregó sin resistencia cuando decenas de policías llegaron a un edificio de apartamentos donde estaba escondido, dijo el jefe de Policía del condado de Gwinnett (norte de Atlanta), Charles Walters.
Todo «terminó de la mejor manera», dijo Walters a los periodistas, «teníamos fuerzas suficientes, no tenía alternativa alguna» que no fuese entregarse, agregó.
Walters dijo que la Policía fue alertada por una mujer que escapó del apartamento en donde Nichols se estaba escondiendo. La mujer no tenía relación alguna con el acusado, aseguró.
«Ella estuvo en el apartamento durante algún tiempo con él. Él la dejó salir o ella pudo salir» por su cuenta, dijo el jefe policíaco.
En el apartamento se hallaron armas, pero Nichols no tenía ninguna con él cuando fue detenido, dijo Walters.
Los informes indican que Nichols aparentemente llegó al edificio en una camioneta perteneciente a un supuesto agente federal de Inmigración y Aduanas de 40 años de edad, quien fue hallado muerto el sábado por la mañana. El agente no estaba trabajando en ese momento.
La televisión mostró imágenes de Nichols esposado y con grilletes mientras era trasladado a una oficina del FBI, fuertemente custodiado.
El tiroteo del viernes también dejó a una agente gravemente herida con un tiro en la boca.
El viernes por la mañana Nichols, quien debía ser enjuiciado por violación ante el juez Rowland Barnes, del tribunal del condado de Fulton, en Atlanta, le quitó el arma de fuego a esa agente y la hirió, entró a la sala judicial y amenazó a los presentes.
Mató a Barnes y a su secretaria de sendos disparos, y bajó desde el octavo piso a la calle. Allí se topó con otro agente a quien le disparó, y quien murió horas más tarde en el hospital.
Luego huyó hasta un estacionamiento cercano, le arrebató el auto a un periodista a quien le pegó un golpe con la pistola, bajó unos cuantos pisos con el mismo auto y lo dejó en el estacionamiento (para confundir a las autoridades, que el viernes lo buscaban en ese vehículo), y luego desapareció.
Nichols estaba encarcelado desde hacía seis meses, acusado de violar a su ex novia tras atarla y amordazarla con cinta adhesiva.
Vestía de civil porque se le permitió despojarse de su uniforme para la audiencia judicial, como parte de un segundo juicio por la acusación, pues en el primero el jurado no pudo acordar un veredicto. Enfrentaba cadena perpetua por ese delito y otros.
El juez Barnes había pedido seguridad adicional para el acusado porque temía que se volviera violento si resultaba convicto, y el jueves se le habían hallado supuestamente dos cuchillos caseros en sus zapatos. El hombre no tenía grilletes al momento del incidente.
Barnes despachaba varios casos civiles antes de iniciar la audiencia de Nichols, cuando se inició el tiroteo.
Ni el jurado ni los fiscales del caso estaban en la sala, dijeron testigos. Barnes era uno de los jueces más respetados de Atlanta, y se ocupaba de casos polémicos y de alto perfil.
Es recordado por ordenarle a una madre de siete hijos, acusada de matar a uno de ellos, que se esterilizara para evitar tener más hijos.
El hecho ocurrió dos días después del suicidio el miércoles en Wisconsin (norte) de un hombre que ejecutó al esposo y a la madre de una jueza federal a finales de febrero en Chicago.