Hoy 
POR ELIAS RUIZ MATUK
Un joven que era buscado por la Policía por ser testigo de los hechos ocurridos en el batey El Fao, en Guerra, se entregó ayer a las autoridades con la mediación del Instituto de los Derechos Humanos de Santo Domingo (IDHSD).
Vielka Polanco, directora del IDHSD, explicó que Jonathan José Fortuna, alias Tato, fue llevado por su madre y representantes de ese organismo al Palacio de la Policía para ser interrogado en torno a los sucesos ocurridos el 21 de los corrientes en la referida localidad, donde un sargento de la Fuerza Aérea fue muerto en un confuso incidente y posteriormente sus parientes y amigos, en venganza, quemaron unas 30 viviendas de dominicanos y haitianos en ese batey.
Polanco dijo que Fortuna fue testigo ocular de los hechos por lo que era buscado por las autoridades policiales de Guerra. Familiares de Fortuna decidieron entregarlo mediante el IDHSD.
Fortuna había permanecido oculto por temor a represalias por parte de los familiares del fallecido, según sus declaraciones.
En el Palacio de la Policía fue recibido por el general de brigada Manuel Castro Castillo, director general de Inteligencia Criminal de la Policía, y por representantes del Ministerio Público.
El raso de la Policía Franklin Miguel Familia mató de un disparo en el pecho al sargento FAD Daniel Antonio Lara Mañón al confundirlo con un atracador, ya que con pistola en mano, el suboficial había mandado a detener el vehículo en el que andaba Familia junto con otras personas.
Lara Mañón había sido apedreado por una multitud, luego de que golpeara a un ciudadano del sector que le llamó la atención por haber cometido una imprudencia en una motocicleta. Los vecinos señalan a Chicho, un hermano de Lara Mañón, como el responsable del incendio de las casas.
El haitiano Elange Desir dijo que Chicho señalaba las casas que dabía incendiar la turba.
Los hechos ocurrieron la madrugada del sábado pasado.
El jefe de la Policía, mayor general Bernardo Santana Páez, descartó que el hecho se trate de un incidente de origen étnico y puso el caso en manos del director de Investigaciones Criminales, general Rafael Oscar Bencosme Candelier.
