Se la pusieron en China a los que defraudan con el ITBIS. La DGII le ha estrechado el cerco con el refuerzo de controles para evitar retrasos y no pago del impuesto, también imputando a muchos por no ingresar lo que corresponde, como dice el pueblo, por quedarse con lo ajeno.
Y le sobran razones. Lo que se escapa con el uso de triquiñuelas ilegales es 41% de lo que teóricamente debió cobrarse. Un cálculo realizado con metodologías de Organismos Internacionales.
Es mucho dinero, RD$140,000 millones el año pasado. Excluye deducciones y exenciones, es otra cosa. El total, de cobrarse, alcanzaría para pagar los intereses (RD$134,664 millones, un 3.5% del PIB) de este año de la deuda pública.
El fraude del ITBIS duplica la media de países latinoamericanos y europeos. Un dinero que alimenta la economía informal, una de las razones por las que en el país el uno por ciento más rico controla más de la mitad de los ingresos, lo que supera y por mucho la media de países desarrollados, donde los ricos concentran el 10% de la renta.
Si el fraude del ITBIS se reduce un punto porcentual, al Fisco ingresaría RD$3,400 millones, la meta de la DGII son seis puntos básicos acumulados para 2020, recaudar RD$20,400 millones. Significa que, para este año, recuperaría RD$6,800 millones, importante para la sostenibilidad de las finanzas públicas. Requiere mantener la presión contra aumentos de costos y reducción de facturación, es como se manipulan precios a empresas filiales o al consumidor. Y contra los que se quedan con el 18% cuando venden bienes y servicios.
Como el fraude es empobrecedor, reduciendo el del ITBIS se pasa al virtuoso, reduce la pérdida por Impuesto Sobre la Renta, está demostrado el que evade el primero no paga el segundo o paga menos. La pérdida es muy alta por ambos impuestos, supera la media Latinoamericana según el estudio reciente del Banco Mundial: “Hacia un Sistema Tributario más eficiente en República Dominicana”.
Soportado por estadísticas del pasado año, por Impuesto a la Renta se recaudó 3.7% del PIB, en Latinoamérica supone un 5.5% del PIB y 11.6% en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Este último porcentaje debe ser la meta con la reforma fiscal integral, porque no solo urge cuadrar las cuentas fiscales aumentando bases imponibles, también debe reducirse la carga sobre los pobres y clase media y aumentar el ahorro nacional.
Mientras debe apoyarse el trabajo que realiza la DGII para reducir la evasión del ITBIS y demás impuestos. Lleva meses identificando flujos de cientos de millones de pesos de diversos sectores que no pasan por la agencia y no tributan. Los hombres de empresa ya lo hicieron, los partidos políticos deben imitarlos.
Más allá del daño a las finanzas públicas, es un acto de corrupción y como dije un dinero que alimenta las actividades informales. La teoría es que el monto que se recupera, no solo elimina o reduce el desbalance del presupuesto público, cuando se filtra al consumo y a la inversión en el sector formal impacta los salarios y el crecimiento del PIB, en un proceso que dura poco. Es decir, nos beneficia a todos.