Se estrecha el Estrecho de Formosa

Se estrecha el Estrecho de Formosa

Taiwán y China Popular, dos unidades políticas con poblaciones ineludiblemente hermanas, han venido protagonizando 60 años de enfrentamientos y amenazas desde que en 1949, al entrar las fuerzas comunistas en Pekín – ahora Beijing – el gobierno nacionalista huyó a la isla de Formosa – ahora Taiwán -. Por 23 años la mayor parte del mundo reconocía a Taiwán como representante de China hasta que en 1973 se decidió, promovido por los Estados Unidos, otorgar ese reconocimiento a China Popular, sacando a los representantes de Taiwán de la ONU y entregando el asiento a la China continental en tanto se establecía el compromiso de reconocer a una sola China. Desde entonces el debate bilateral se ha centrado en algunos sectores taiwaneses pretendiendo una independencia que llevaría al enfrentamiento, en tanto China Popular ha pretendido fórmulas que le permitan encaminar la incorporación de la “isla rebelde” como parte indisoluble del país.

Como consecuencia de las elecciones de 1989, primeras democráticas del Taiwán moderno, ganadas por el Kuomintang – Partido Nacionalista de China – el mismo que lideraba Chiang Kai-shek cuando trasladó el gobierno central a Taiwán en 1949, el nuevo gobierno diseñó un programa que podría llevar a la reunificación de las “dos” chinas. En abril de 1993, primera vez en la historia, representantes de los dos gobiernos se reunieron en Singapur iniciando el análisis del carácter de sus relaciones y estableciendo un calendario de encuentros. En 1998 se volvieron a reunir en Shangai proponiendo China Popular la adopción del modelo que se había acordado con los ingleses con relación a Hong Kong – un país, dos sistemas – en tanto la delegación de Taiwán planteaba que cualquier acuerdo de reunificación debía pasar por la democratización en China comunista.

El proceso de negociación se abortó cuando el Partido Demócrata Progresista – en cuya plataforma se insertó el proclamar la independencia – ganó la presidencia gracias, esencialmente, a la fragmentación del Kuomintang. A partir de ese momento las relaciones se encresparon peligrosamente.

En las elecciones del 2008 el Kuomintang regresó al poder imponiendo un giro radical a la proyección de relaciones con China continental. Sépase que China es el principal destino de las exportaciones de Taiwán quien es, además, el segundo proveedor de tecnología de la información y fuente crucial de inversiones en el continente. Todo esto bien pudiera acercar a ambos extremos del Estrecho a una solución viable y justa que ponga fin al conflicto y permita a Taiwán la estabilidad internacional que merece. 

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