Se fue de boca

Se fue de boca

Al ser tan evidente la relación entre la causa y su efecto, todo el mundo relacionó –porque no había de otra– la fulminante destitución del doctor Humberto Salazar, quien se desempeñaba como Coordinador de la Reforma del Sector Salud, con su reclamo público al ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, de que aclare el rumor que lo señala como el promotor de la campaña sucia que vincula al expresidente Leonel Fernández con el narcotraficante Quirino Ernesto Paulino Castillo. Pero como no hay peor ciego que aquel que cierra los ojos para no ver, el doctor Salazar ha preferido atribuir su cancelación a “intrigas palaciegas” dirigidas por funcionarios molestos por su oposición a “situaciones irracionales” como modificar la Constitución, molestia –dijo– que hasta llegó a traducirse en presiones en torno a la ejecución presupuestaria del organismo que dirigió hasta el pasado martes. Parece que olvidó, el doctor Salazar, lo que se sabe desde los tiempos bíblicos; que la lengua es el castigo del cuerpo, por lo que al insinuar que un funcionario tan cercano al presidente Danilo Medina está detrás de la campaña sucia contra el expresidente Fernández está acusando al gobierno de esa bellaquería, lo que en las presentes circunstancias es sencillamente inaceptable. Del episodio deberían tomar nota otros supuestos aliados del gobierno que lanzan acusaciones a diestra y siniestra contra funcionarios a los que atribuyen tanta influencia sobre el gobierno y sus decisiones que cualquiera pensaría, en buena lógica, que consideran al presidente Medina un hombre débil de carácter, una especie de pelele fácilmente manipulable por sus colaboradores mas cercanos. Desde luego, todos sabemos que los que así piensan están completamente equivocados, y que tarde a temprano terminarán pagando las consecuencias de su error. Como acaba de ocurrirle, precisamente, al desbocado Humberto Salazar.

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