Don Juan Bautista Vicini Cabral (Gianni) es un referente distinguido de liderazgo industrial y empresarial, y un hombre de firmes convicciones sociales y políticas que le comprometieron en sucesos decisivos para la democracia nacional. Como cabeza del grupo empresarial VICINI durante más de 50 años, llenó un dilatado capítulo de realizaciones en inversión, administración de activos y creatividad impulsora de progreso. Fue el arquitecto de iniciativas que convirtieron el grupo empresarial en el Administrador de Activos más importante del Caribe y Centroamérica, influyente en la Región Norte de América Latina, excepto México.

En la historia política del país, Gianni Vicini tiene ganado un capítulo distinguido por su participación en la conspiración que ayudó a desmontar la tiranía de 31 años de Trujillo, un protagonismo que él mantuvo en la más absoluta discreción durante 25 años, hasta que el Gobierno de Estados Unidos desclasificó el expediente de esos acontecimientos. Gianni Vicini nació en Génova, Italia, el 7 de abril de 1924. Fue el mayor de los hijos del matrimonio de Felipe Vicini Perdomo y Amelia Cabral Bermúdez. En 1946 se graduó con honores en ingeniería química en el Massachusetts Institute of Techology (MIT). Estuvo casado con la señora Alma Stella Lluberes Henríquez, con quien procreó tres hijos: Felipe Augusto, Juan Bautista y Amelia Stella. Paz a sus restos.

SAÑA POR INSÓLITOS MOTIVOS

Los más recientes asesinatos de mujeres están basados en las motivaciones más insólitas, que deben obligar a una profunda reflexión sobre esta conducta social. Veamos: un hombre viaja desde España hasta aquí para asesinar con saña a una abogada; un hombre de 51 años mata a una adolescente quinceañera porque se negó a convivir maritalmente con él; un sargento policial es el principal sospechoso de la desaparición y posible muerte de una anciana; otro policía mata a su pareja y le prende fuego al cadáver, y un hombre mata a su mujer la misma noche en que celebraban su cumpleaños.
Definitivamente, esta sociedad y sus autoridades tienen que asumir la grave responsabilidad de desentrañar y erradicar las causas que están induciendo toda esta violencia contra la mujer.