Se hace difícil pagar la deuda

Se hace difícil pagar la deuda

Joaquín Balaguer subestimaba los ingresos corrientes. Por eso le sobraba dinero a final de cada año y con la deuda controlada. El déficit como política lo introdujo Leonel Fernández. Su regla era sencilla y maliciosa, sobreestimar los ingresos corrientes para exagerar el gasto, acumulando déficits que financió con préstamos alegres, casi duplicando el balance en ocho años, de US$17,376 millones en 2005 a US$32,925 millones en el 2012. Lo imperdonable es que el FMI apoyó los excesos de gastos y abrió las puertas para la fiesta de préstamos, cuando le bastaba revisar la historia de las crisis de la deuda en América Latina para darse cuenta de que la política era insostenible, que las finanzas públicas terminarían en crisis en el mediano plazo.

Los síntomas son evidentes, por la limitación de ingresos y para priorizar el servicio de la deuda el gobierno posterga compromisos importantes, el caso más reciente fue el pago a Banreservas de US$266 millones en el primer trimestre del 2014, para hacerlo se retrasó con contratistas de obras del Estado. De otra manera no estaría en condiciones de convencer a los inversionistas para que adquieran la deuda, incluyendo inversionistas locales, que han aumentado su participación en los valores oficiales de 13% en 2007 a 40% en 2013. A pesar de que solo crece la economía soterrada (56% del PIB, equivalente a RD$34,000 millones en el 2013), la que no paga impuestos pero tampoco cotiza, la deuda continúa aumentando, en US$1,702 millones en 2014, por el déficit del presupuesto de 2.8% del PIB, que se financiará con los bonos en dólares (US$1,500 millones) y pesos (RD$33,614.5 millones) que el gobierno subastará próximamente.

El escenario está claro, si continúa la acumulación de deuda y el gobierno pagando alto interés real (por mucho supera el crecimiento del PIB) a los inversionistas, el presupuesto podría incumplir con el servicio de la deuda, y nadie, incluyendo al FMI, estaría en condiciones de anticipar con certidumbre el inicio de la etapa. Con Banreservas sucedió de manera inesperada en diciembre del 2013, el Congreso Nacional “obligó” a la entidad bancaria a renegociar en condiciones blanda créditos y cuentas por cobrar del gobierno por el monto de US$800 millones. Es decir, el gobierno hizo uso de uno de los mecanismos de reducción de la deuda (fue lo que logró al extender los plazos), los otros son inflación y el crecimiento de la economía. Por los efectos en el acreedor, el primer mecanismo es rechazado por la comunidad internacional, basta citar que la operación con Banreservas fue criticada por el FMI y por la firma Moodys, que colocó la entidad bancaria en perspectiva negativa, con degradación del riesgo crediticio de B3 a B2.

Para salir de la crisis necesitamos que el crecimiento económico sea de verdad. Cambiar la composición deficitaria del presupuesto general del Estado, para que el 2014 sea el último año que con nuevos préstamos se financia 37.7% del gasto total, que para amortizar la deuda y pagar los intereses se aparta 43.7% de los ingresos corrientes. Es donde encaja el pacto fiscal que debe trabajar el gobierno.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas