Tres casos de rabia humana producidas por un tipo de murciélago que padece la enfermedad han sido detectados en el país, dijeron ayer autoridades de Salud Pública.

Un menor, oriundo de una comunidad de Cotuí, murió la semana pasada tras adquirir la rabia de un murciélago que lo infectó mientras dormía en su cuna. Las autoridades registraron la enfermedad y comprobaron por laboratorios que el menor murió de rabia transmitida por el murciélago.

El subsecretario de Atención Primaria, doctor Manuel Tejada Beato, invitó a la población a reportar los casos e informar a las autoridades de la mordedura del murciélago.

El murciélago bracilense adquiere el virus y lo padece, pero al ponerse en contacto con un ser humano, lo infecta y lo pone en peligro de muerte, sostienen los expertos.

Los casos ocurrieron en Cotuí, La Vega y en la Línea Noroeste, dijeron las autoridades, pero aclararon que sólo ha habido una muerte.

[b]LA VACUNA[/b]

En el país se conocen más los casos de rabia producido por contacto o mordedura de perros, pero los de rabia producidos por murciélagos constituyen una novedad.

A pesar de la eficacia y la inocuidad del tratamiento actual, se estima que entre 35,000 y 50,000 personas mueren cada año de rabia, porque no son tratadas.

Esa enfermedad conocida desde milenios y contra la cual la humanidad posee un tratamiento eficaz desde hace más de 100 años, ocupa el décimo lugar entre las enfermedades infecciosas mortales.

La rabia es la zoonosis viral conocida más antigua, cuya importancia radica en una letalidad cercana al 100 por ciento.

La rabia se transmite a través de mordedura o contacto directo de mucosas o heridas con saliva del animal infectado.

También se ha documentado su adquisición a través de trasplante corneal de donador muerto infectado por rabia y no diagnosticado, o por aerosol en cuevas contaminadas con gusano de murciélagos.

El virus se excreta en el animal infectado durante cinco días previos a las manifestaciones clínicas, aunque en el modelo experimental este periodo puede prolongarse hasta por 14 días antes de la aparición de la enfermedad.

La rabia se manifiesta por un periodo que dura de dos a diez días con signos y síntomas como cansancio, cefalea, fiebre, anorexia, náusea, vómito y parestesias en el sitio de la herida, seguidas de dificultad para la deglución, hidrofobia entre el 17 y 50% de los casos, desorientación, alucinaciones visuales u olfatorias, crisis convulsivas focales o generalizadas, períodos de excitabilidad y aerofobia.

En el 20% de los casos aproximadamente, la rabia puede manifestarse como una parálisis flácida. Estas manifestaciones clínicas son seguidas por un período de coma y eventualmente el fallecimiento en la gran mayoría de los casos.

[b]RECOMENDACIONES[/b]

Aseo local de la herida con agua y jabón; posteriormente se puede emplear cloruro de benzalconio al 1%, soluciones yodadas al 5% o alcohol del 40 al 70%, son algunas de las recomendaciones médicas.

La sutura de la herida debe diferirse; en caso contrario, deberá infiltrarse la herida con gammaglobulina humana antirrábica o suero.

La administración de antibióticos y toxoide tetánico debe valorarse en cada caso particular.

Control del animal sospechoso, el animal, perro o gato, o murciélago, debe ser capturado y mantenido en observación por un veterinario durante los próximos diez días.

En caso de que el animal sea sacrificado, debe tenerse especial cuidado con la preservación adecuada del cerebro, con la finalidad de poder establecer el diagnóstico definitivo de rabia.

Se calcula que cada año causa la muerte de más de 40.000 seres humanos en todo el mundo, en su mayoría en países en desarrollo, principalmente de Asia.

Cada año unos 10 millones de personas reciben tratamiento después de estar expuestas a animales que se sospecha que tienen rabia.