Se incrementan casos de obesidad en países en vías de desarrollo

Se incrementan casos de obesidad en países en vías de desarrollo

La obesidad, además de ser uno de los principales factores de riesgo ligados a las enfermedades cardiovasculares, guarda una estrecha relación con el desarrollo de las naciones y el producto interno bruto (PIB) per cápita. Según el doctor José Luis Alcocer, cardiólogo de la Universidad Autónoma de México, antes, la obesidad era un problema especial de países desarrollados, mas hoy esto ha cambiado y la realidad es que mientras el nivel de obesidad y sobrepeso tienden a disminuir en algunos países desarrollados, en los subdesarrollados el índice tiende al alza. Esto se traduce en mayor enfermedad cardiovascular: según expertos hoy día es la primera causa de muerte en el mundo.

La obesidad y el PIB

Alcocer fue uno de los invitados internacionales al Simposio Internacional de Cardiología 2010, un evento realizado recientemente en el país y que tuvo como tema central la prevención de las enfermedades cardiovasculares. En su intervención abordó el tema de los conceptos actuales sobre el control del riesgo cardiovascular.

Al considerarla una de las enfermedades más importantes para la especie humana, explicó que los males cardiovasculares representan el 30% del total de la carga global por enfermedad, índice que mide el costo económico de la enfermedad y la reducción que implica en los años de vida de los pacientes.

 “Estas enfermedades  están ligadas a más de 270 factores de riesgos reconocidos, pero sabemos actualmente que nueve de ellos son los fundamentales. Los más importantes son los que no se pueden modificar; primero tenemos el factor genético y el otro, que es el más grande de todos, es el paso del tiempo. A más edad más enfermedad cardiovascular y eso tampoco se puede modificar”, dice.

A esos les siguen tres factores que dependen de conductas inapropiadas: el tabaquismo, una dieta inapropiada que lleve a problemas de obesidad y el sobrepeso. De hecho, según comenta  Alcocer, las modificaciones del peso son el principal detonante del aumento de la enfermedad cardiovascular en el mundo y están muy relacionadas a la capacidad adquisitiva de las personas.

“La obesidad y el sobrepeso están en relación directa al producto interno bruto de cada país. A más alto PIB, mayor obesidad. Cuando se alcanzan niveles de seis mil dólares de PIB per cápita se destapa brutalmente la obesidad. Pero curiosamente cuando se llega a 16 mil dólares de PIB per cápita decrecen los niveles de obesidad”.

Es así como el aumento en el PIB per cápita en Latinoamérica explica el gran aumento en la obesidad y, en consecuencia, de las enfermedades cardiovasculares.

El cardiólogo dominicano Rafael Pichardo, también expositor en el simposio, dijo que existen varios factores que explican el aumento de la obesidad en los países latinoamericanos. “Hay factores evidentes: los países se incorporan al desarrollo, la gente come más pero desordenadamente; ha habido un desarrollo del fast food, la comida con muchas grasas y carbohidratos. Además, hay una propensión en el latinoamericano a engordar más. Paradójicamente en América Latina tenemos más diabetes que en EEUU”, señaló.

Un cambio de paradigma

Según    Alcocer, el enfoque de la cardiología ha cambiado radicalmente. “Antes se pensaba que lo mejor que uno podía hacer era proponerles a los adultos que cambiaran sus hábitos de vida. Estas son conductas aprendidas y todo lo que se haga por ello está muy bien, pero  gastar dinero en el adulto para cambiar sus hábitos de vida es generalmente un fracaso. Es uno de los paradigmas equivocados que manejamos”, expresó.  Entiende que invertir dinero en los niños para que no crezcan con “hábitos equivocados” con respecto a su salud, sí tendría un éxito considerable. Para el adulto “afortunada o desafortunadamente el único remedio que queda son los buenos medicamentos”. Este es un cambio de paradigma. Antes que no había medicamentos correctos a la gente le decían “no, espérate, el medicamento tómalo solamente cuando estés enfermo”. Ahora el 90% de los medicamentos los usamos en personas que no tienen molestias, porque las enfermedades tienen una base genética, tienen una base de haberse portado mal y la solución no es volverse a portar bien. ‘Me portaba mal y ahora me porto bien y me voy a curar’, ese es un pensamiento mágico.

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