Los atletas dominicanos que sobresalen en eventos deportivos internacionales, como los Juegos Olímpicos, merecen que se les otorgue premios en metálico y viviendas, pues la gran mayoría de los dominicanos que se dedican a diversas disciplinas deportivas son jóvenes de escasos recursos económicos.
Son ellos los que con sus acciones destacadas, incentivan a otros a inclinarse por el deporte que más les agrade, y para el que también tengan condiciones.
Cada atleta es un embajador de su país, pues al igual que ocurre con cualquier artista culto o popular, siempre se le identifica con el lugar donde nació, e incluso aquellos que han optado por la nacionalidad de países diferentes al de su origen, con sus triunfos siempre llevan momentos de felicidad a sus compatriotas.
Ellos son nuestros principales embajadores en el extranjero, y es necesario cuidar su alimentación y protegerlos, que no tengan estrés para solucionar los problemas económicos cotidianos personales y de su familia, pues ese tipo de inquietud afecta su rendimiento.
Hay que mimar a quienes demuestran tener la capacidad suficiente para destacarse en una de las tantas disciplinas deportivas.
En nuestro país hay buen material, sólo hay que captarlo, y lógicamente, invertir en ellos, conjuntamente con trabajos intensos para que se conviertan en atletas efectivos.
Los dominicanos valoramos a todos aquellos que sobresalen en los deportes; prueba de ello es que cuando participan en cualquier evento internacional se produce en el país un “toque de queda” para verlos actuar, como cuando Félix Sánchez ganó sus medallas de oro olímpicas, que tantas lágrimas de emoción hizo brotar a sus compatriotas, al igual que Luguelín Santos al obtener plata.
Ahora, la medalla de bronce, en taekwondo, en los recién finalizado Juegos Olímpicos de Río, Luisito Pie, también ha sido muy celebrada.
Luisito, al igual que Sánchez y Santos, recibirá de parte del Gobierno un premio en metálico y una vivienda, muy merecida, al igual que otras destacadas atletas criollas, que aunque no lograron medallas, quedaron en puestos importantes, también merecen sus viviendas.
Total, tanta gente que no ha hecho nada por que nuestro país brille en el extranjero, que no ha sido ejemplo para la juventud ni orgullo para los adultos, ha recibido y recibe millones del dinero del Estado sin haber dado nunca ni siquiera “un golpe de karate”.