Se necesita ayudar el campo

Conseguir escuela y sobre todo trabajo al campesino, es un reto imposible de lograr, es decir, están desamparados, no pueden satisfacer  ni siquiera  un mínimo de sus necesidades, se sienten discriminados y entonces comienza en ellos el proceso del desafío a la ley y ésta inicia también  el curso  de la pérdida de su vigencia, la policía resulta insuficiente y los emigrantes se percatan que el sistema no está dispuesto a reconocer sus derechos y las barreras y obstáculos se multiplican, pasan a ser los marginados o ciudadanos imaginarios, como señaló en estos días un sacerdote. Su libertad, su prosperidad, su paz, su salud, quedan solamente en sus propias manos y tienen que luchar contra personas y contra el sistema. Para poder subsistir, se inventan los más variados métodos  de trabajo, caen  la mayoría de las veces fuera del ámbito de las leyes, son  ilegales, marginados o imaginarios, cualquiera de las formas como se le quiera rotular.

La solución para estos desprotegidos del campo que ingresan a diario  a formar parte de los llamados desempleados o marginados, es la ayuda masiva al campo de todas las fuerzas económicas de la nación, no es dejar solo al Gobierno, desentendiéndose la ciudadanía del problema; no  es sólo reforma  agraria lo que necesitan los hombres del campo, es también compresión a sus problemas, a sus urgencias y un poco de amor. Todos los ciudadanos debemos ayudar al campo, cada uno de nosotros puede aportar de alguna manera a mejorar la suerte de los hombres que con su trabajo, su dedicación, su esfuerzo, y con el cariño que tienen a su terruño, cultivan y nos dan los frutos para nuestra alimentación. Son los primeros creadores de divisas, porque sus productos van al exterior, como el azúcar, el cacao, el café, el mango y otros que traen riquezas, seguridad, medicinas, equipos y muchos insumos con los cuales los dominicanos sobrevivir esta tremenda crisis.

Somos de opinión que el gobierno que administrará la cosa pública protegerá a estos dominicanos, que viven en las peores condiciones de salud y seguridad personales.