El presidente de la Comisión de Obras Públicas del Senado de la República manifestó su desacuerdo con lo dispuesto por el presidente Hipólito Mejía mediante el decreto 566 04 que traslada hacia dos aeropuertos, el de San Isidro y Las Américas las operaciones de vuelos locales e internacionales de la terminal aérea de Herrera, y demandó que la deuda con los constructores del nuevo tramo de la Autopista Duarte que se lo financiaron al Estado, sencillamente debe honrarse sin mayores complicaciones.

El senador Vicente Castillo recordó que como titular de dicha comisión manejó el caso de la construcción del aeropuerto de Higuero, en La Isabela, precisamente para dos objetivos, trasladar la terminal aérea de Herrera, por ser un peligro para los habitantes del sector y utilizar sus terrenos para saldar la deuda con los contratistas que construyeron el tramo nuevo de la Autopista Duarte desde Santo Domingo hasta Santiago.

Explicó que el acuerdo fue que los aviones y los equipos de aeronáutica del aeropuerto de Herrera iban a ser trasladados para Higuero cuando ese aeropuerto estuviera listo y que las tierras desocupadas pasarían a manos de la empresa privada Inmobiliaria Grand Realy, que agrupa a las compañías que construyeron con financiamiento privado el tramo de la carretera del Cibao.

«Yo creo que esa deuda debe honrarse sin mayores complicaciones, fue algo claro lo que se hizo en esa época y para todos los dominicanos eso debe cumplirse y no son necesarias nuevas medidas como ese decreto porque tiende a desviar las disposiciones que ya se adoptaron» comentó el representante de la provincia Peravia en el Senado de la República.

El congresista estimó que quien haya asesorado al presidente Mejía en esa medida para emitir ese decreto, no lo hizo de buena fue. » Y a lo mejor hasta hayan sorprendido en sus buenas intenciones al presidente de la República, porque la continuidad del Estado es algo que debe respetarse, que debe fortalecerse cada vez más para que no se cometan desafueros. Si ese compromiso lo había porqué había que deshacerse de él ya cuando faltan días para la entrega al nuevo gobierno».

Arguyó que nadie puede alegar ignorancia porque era un asunto de voz popular el hecho de que el aeropuerto de Higuero se hacía para trasladar al de Herrera por haberse constituido en un peligro para los vecinos » y yo recuerdo que los terrenos eran para pagarle a esos contratistas, los de la Autopista Duarte. Ese compromiso debe honrarse y no debe cambiarse bajo ningún concepto».

Añadió que se trata de un compromiso de Estado que no debe desviarse en ninguna circunstancia, por ninguna razón ni intereses de nadie en particular.

Dijo que los contratistas de la carretera del Cibao están desesperados por las pérdidas, las deudas que contrajeron y los intereses bancarios que han arrastrado a lo largo de 6 años.

«Yo tengo algunos amigos que son los que contrajeron deudas cuantiosas y esperan que las tierras les sean entregadas para ellos venderlas y hacerse de lo que fueron las inversiones para el cumplimiento de los trabajos asignados en esa carretera. Y además porque constituye un peligro ese aeropuerto ahí y además porque es un compromiso que debe honrarse y que nunca pues debe violentarse, más cuando se está en una transición al pasar de un gobierno a otro, un compromiso tan mencionado y respaldado por toda la gente que tuvo a bien conocer esa cosa y de participar en algo de eso».

Insistió en que como presidente de la Comisión de Obras Públicas del Senado tuvo conocimiento de que se construía el aeropuerto del Higuero para desalojar el de Herrera por la peligrosidad para los vecinos y para pagar con las tierras al grupo de ingenieros que le financiaron al Estado la importante vía que facilita el viaje de Santo Domingo a Santiago y viceversa.

El senador Vicente Castillo expresó que además de que hay que darle continuidad a los actos gubernamentales dentro del Estado, pagar esa deuda mantiene la confianza de los inversionistas en construir a cuenta del Estado mediante las modalidades recurrentes.

Abogó porque los gobiernos mantengan la institucionalidad, la confianza y el respeto a las leyes mismas sobre la materia para que el sector privado prosiga construyendo con financiamiento para el Estado.

«De manera pues que debe respetarse estas cosas, antes de que se pueda producir una situación de estampida, de incredibilidad en los compromisos que se contraen, debe ayudar a que se fortalezca la confianza y a eso debemos coadyuvar todos, gobierno y sector privado», concluyó.