Se puede aumentar salarios, bajar impuestos

Se puede aumentar salarios, bajar impuestos

JOSÉ LOIS MALKUN
Con un presupuesto de 300 mil millones de pesos, generalmente mal administrado, que financia una burocracia inmensa e inoperante, cargado de subsidios irracionales, de una propaganda proselitista que no tiene fronteras y donde prevalece un alto nivel de despilfarro y corrupción, se pueden hacer muchísimas cosas si hubiera un Gobierno responsable que dirigiera los destinos de la Nación.

Pero hablemos de solo un 20% de ese presupuesto (60 mil millones), del cual la mitad (30 mil millones), lo maneja el Presidente de la República a su discreción para financiar su proyecto personal, que es reelegirse aunque se hunda la isla. De los 70 mil millones para el pago de la deuda externa, sobrevaluados en 20 mil millones que se dispendian libremente. De donde se gasta la escandalosa cifra de 6 mil millones anuales en prensa y propaganda. De donde se pagan compras absurdas e innecesarias que sustentan las extravagancias del poder. De donde se sacan fondos para financiar ONG fantasmas. O simplemente para comprar opositores sin el menor escrúpulo, asignar pensiones ilegales, financiar apartamentos de lujos, pagar sueldos exorbitantes y sobresueldos o para negociar con la política, que ahora es la actividad mas rentable del país.  

Con esos 60 mil millones se pueden bajar muchos impuestos, mejorar el salario real, crear empleos productivos para combatir con efectividad la pobreza y crear un Fondo de Competitividad que impulse el desarrollo industrial y tecnológico. Y todavía sobraría dinero. Pero los que han llevado al país a esta situación de caos, inmoralidad pública y deterioro institucional, jamás podrán entenderlo. Porque su único objetivo es mantenerse en el poder y continuar su sucia campaña de difamación e injuria.

Lo único que nos permite superar esta tragedia, son los incentivos al que produce, vía tasas reales e impuestos razonables, para que sean competitivos.

Porque es imposible competir con todas las desventajas cambiarias, institucionales, jurídicas y estructurales.


El último informe de la Heritage Foundation y Dow Jones, sobre el ambiente para la inversión en República Dominicana, nos califica como un país con alta corrupción y mal ambiente para los negocios. Se habla muy negativamente de nuestro sistema de justicia, de las arbitrariedades en los derechos de propiedad, de la inmoralidad publica, de la gran corrupción imperante.


Es un informe extremadamente destructivo, porque todo inversionista consulta esta fuente antes de decidirse a realizar sus negocios. Y todo eso se lo debemos a la administración irresponsable de un Gobierno que se olvidó de sus promesas y se prostituyó demasiado rápido.

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