¿Se puede?
¿Se quiere?

¿Se puede? <BR>¿Se quiere?

Parece que el control de la especulación desmedida con los artículos de consumo básico pendula entre el querer y el poder. Lo anterior se desprende de afirmaciones recientes hechas por la presidenta de la Fundación por los Derechos del Consumidor (Fundecon), Altagracia Paulino, y el asesor de dicha entidad, Joaquín Luciano, en el sentido de que una aplicación combinada de las leyes 79-74 y 358-05 facultaría al Gobierno para congelar los precios de un grupo importante de  artículos básicos de consumo, alzados de precios por especulación desmedida del sector comercial.

La ley 79-74 fue concebida con los fines de congelar precios de artículos de primera necesidad. Esa ley dispone la creación de una comisión técnica multidisciplinaria que comprobaría los costos reales de los artículos a congelar. La 358-05 es la Ley General de Protección de los Derechos de los Consumidores o Usuarios.  Una pregunta puntual es por qué nunca se ha puesto en funcionamiento la comisión técnica cuya integración dispone la Ley 79-74, y otra pregunta, también oportuna, es si alguna vez ha existido esta comisión. Lo cierto es que abolidos los controles tradicionales de los precios, en parte por compromisos de libre comercio, nada obstaculiza la posibilidad de establecer controles de rentabilidad a través de los costos de artículos de primera necesidad. Los instrumentos están ahí. ¿Y la voluntad…?

Degustemos la buena lectura

La XII Feria Internacional del Libro, que este año está dedicada al profesor Juan Bosch y tiene como país invitado a Brasil, es una buena oportunidad para que los dominicanos degusten la buena literatura y revivan el hábito de lectura. En esta oportunidad habrá 93 presentaciones de libros, 152 conferencias, talleres y otras actividades. Y sobre todo, una oferta abundante de literatura de todo género a precios asequibles.

Este tipo de evento debería despertar en las autoridades educativas y culturales del país iniciativas para estimular el hábito de lectura entre los jóvenes, sobre todo estudiantes, para alimentar sus conocimientos y cultura generales. Este es un país con un déficit de lectura bastante acentuado y que, según las proyecciones, se profundizará aún más en los próximos años. La Feria del Libro es un excelente escenario, pero muy limitado en el tiempo, para motivar la lectura. Hay que seguir trabajando más allá de este excelente baño de cultura.

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